La comunidad científica entre la atención y el asombro por el descubrimiento de una nueva especie de pez dragón antártico
El entorno en que ha sido localizada esta especie habla de su singularidad y también de la evolución para adaptarse a condiciones extremas

El trabajo de los científicos en todos los campos no deja de deparar hallazgos y el de la biología marina ha sido testigo en las últimas semanas de un descubrimiento que tiene a la comunidad científica asombrada. Se trata de una especie de pez dragón antártico que han bautizado como Akarotaxis gouldae y que han identificado mediante análisis genéticos que la diferenciaban de la Akarotaxis nudiceps. No es la primera ocasión en que hablamos de dragones marinos pero la relevancia de esta nueva especie merece un análisis pormenorizado.
Se trata de una especie que ha llamado especialmente la atención de los biólogos tanto por la novedad que supone como por las condiciones extremas en que salió adelante. Además, el momento de la historia en que se separó evolutivamente y la adaptación a los cambios en su ecosistema han sido también motivo de estudio. El tema de las profundidades marinas es algo que no deja de dar sorpresas a la comunidad científica y una muestra de ello la tenemos en este jardín de la Fosa de las Marianas.
Si empezamos por la parte evolutiva, al hablar del Akarotaxis gouldae estamos ante una especie que a tenor de los análisis genéticos efectuados se separó de su pariente cercano hace 780.000 años. Estos estudios los ha llevado a cabo un equipo de trabajo del Instituto de Ciencias Marinas de Virginia (VIMS) a quienes hay que darles el mérito de este hallazgo.
Sobrevivir en condiciones extremas
En todos esos años la especie tuvo que sobrevivir aislada en fosas profundas bajo los glaciares, con lo que su alimentación se basaba en el alimento que llegaba arrastrado por el hielo. Este punto habla de su capacidad para adaptarse y sobrevivir en un entorno muy hostil con cualquier forma de vida. Con el retroceso de los glaciares esta especie se volvió incompatible en términos de reproducción con el Akarotaxis nudiceps y los análisis y comparativas genéticas llevadas a cabo han permitido esa diferenciación que ahora se ha podido confirmar.
Para ello se han comparado muestras de ADN de Akarotaxis nudiceps conservados en colecciones del VIMS, la Universidad de Yale y el Museo Nacional de Historia Natural de París. "Hay dos bandas distintas en los costados de los adultos de Akarotaxis gouldae que no están presentes en Akarotaxis nudiceps, por lo que nos sorprendió que la especie ya existiera en colecciones, pero que anteriormente se hubiera pasado por alto", explicó Andrew Corso, jefe del equipo encargado de la investigación.
Esto demuestra la importancia en las investigaciones actuales de emplear tanto análisis genéticos como morfológicos en la taxonomía moderna, con lo que queda de relieve la necesidad de mantener y estudiar las colecciones de historia natural para comprender mejor la biodiversidad y la evolución de las especies. Del mismo modo el hecho de que las profundidades marinas hayan deparado diferentes hallazgos como el que acabamos de ver pone de manifiesto la importancia de continuar con su estudio para la obtención de información desconocida hasta ahora sobre los procesos evolutivos y las adaptaciones de algunas especies para sobrevivir en entornos extremos.