La evolución siempre ha sido algo positivo, pero hay especies que lo están haciendo demasiado rápido
Estos 2 ejemplos sirven para comprender cómo la evolución ha sido un factor clave para la supervivencia de especies.

La evolución constante de los animales es lo que les permite seguir teniendo presencia en los ecosistemas de todo el mundo. Al fin y al cabo, se trata de espacios que están en constante cambio debido a las múltiples variables que les afectan. Desde incrementos o reducciones de temperaturas hasta la pérdida específica de fauna y flora como consecuencia de enfermedades específicas. Además de la acción del ser humano, el cual se ha convertido en un factor diferencial para explicar la situación de un paraje en particular.
Esta adaptación al medio, no obstante, suele ser un proceso muy lento, el cual incluye, sin duda alguna, a toda una serie de generaciones. De acuerdo con la teoría de Darwin, aquellos ejemplares de especies capaces de adaptarse mejor a los ecosistemas son las influirán en el de los próximos años. Ahora bien, ¿sabías que hay algunas especies que han conseguido evolucionar mucho más rápido que otras? En la naturaleza hay varios ejemplos que permiten comprender cómo una rápida adaptación puede contribuir a salvar a una especie.
Veamos, por tanto, cuáles son las características principales de este conjunto de animales, en qué se basan las modificaciones introducidas durante todo este tiempo y, por supuesto, qué les ha valido para seguir imperando en parajes repletos de amenazas. ¿Quién iba a decir que iban a adaptarse muy rápidamente a las condiciones imperantes en el medio? Estas son algunas de las claves más interesantes a tener en cuenta.
Estas son las especies que más rápido han evolucionado para adaptarse al medio
Quizás, los animales más difíciles de introducir cambios en su fisionomía son los mamíferos. Al fin y al cabo, si echamos un vistazo a la historia, veremos cómo los reptiles o los insectos son los seres vivos, junto a las plantes y árboles, que mejor han mantenido su ADN inalterado. En el caso de los reptiles, podemos encontrar a las tuátaras, una especie de lagarto que ha conseguido adaptarse a las nuevas condiciones climáticas presentes en las islas de Nueva Zelanda.
Sin embargo, la especie de animal que más ha sorprendido ha sido la polilla de Abedul. Se trata de un animal que, a tenor de la información proporcionada durante los últimos 200 años, ha sabido adaptar el color de su cuerpo a los nuevos estándares extendidos, sobre todo, durante la Revolución Industrial. Este hecho permitió, entre otros aspectos, que su diseño exterior haya ido adquiriendo tonalidades más oscuras con el objetivo de adaptarse mejor a los ecosistemas. El objetivo de esta propuesta era pasar desapercibida frente a la amenaza de otros depredadores.
De acuerdo con la información de Wikipedia, nos encontramos ante una especie que ha sufrido una de las transformaciones más notables en los últimos siglos. La evolución, de hecho, suele medirse en miles de años, o incluso millones de ellos, pero este caso en particular ha demostrado ser mucho más notable en muy poco de tiempo. Esto permite comprender hasta qué punto una determinada especie puede representar cambios de gran relevancia en las generaciones venideras. Atendiendo a su imagen actual, podría pensarse que se trata de uno de los animales mitológicos raros que hay en todo el mundo.
Entre otros motivos, la adquisición de estas nuevas tonalidades de piel es lo que le ha permitido a esta especie en particular ser un referente en términos de evolución. Su cambio y adaptación al medio seguro que serán objeto de estudio por parte de laboratorios de medio mundo y, sin duda alguna, esto puede que les haga no aparecer en las listas de animales en peligro de extinción. ¿Quién iba a decir que aquellos con una tez más oscura tendrían más posibilidades de vivir en la naturaleza?