La NASA quiere que sus astronautas se enfrenten a "El Kraken", y la marina de EEUU va ayudarles

Un equipo de 24 astronautas se someterá a una de las pruebas físicas más exigentes.

La NASA quiere que sus astronautas se enfrenten a "El Kraken", y la marina de EEUU va ayudarles
El Kraken es un gigante de metal que pesa 100 toneladas y gira a toda velocidad. Imagen: US Navy/NASA
Publicado en Ciencia

A pesar de las exigentes pruebas físicas que son necesarias para convertirse en astronauta, y aún cuando los profesionales llevan horas y horas de experiencia en simuladores, nada te prepara para un lanzamiento real. La NASA prepara bien a sus tripulaciones antes del despegue, pero ahora quiere ir más allá. En un acuerdo con la marina de los EEUU, la agencia espacial empezará a utilizar "El Kraken" para entrenar a sus astronautas.

Pero descuida, no estamos hablando del terror mitológico y azote de navíos. El Kraken es un sofisticado simulador cuyo objetivo es reducir los mareos y vértigos en largos trayectos de alta mar. La marina de los EEUU lo utiliza para entrenar a sus tropas, y consiste en una máquina que gira de manera errática sobre su propio eje, con un pasajero a bordo. El sistema se mueve sobre dos raíles, y pretende simular el movimiento de un barco en movimiento ante una tormenta, un caza realizando maniobras o un lanzamiento de cohete espacial. La plataforma sobre la que se instala pesa 100 toneladas y tiene más de 15 metros de largo. El Kraken puede visitarse en la Base de la Fuerza Aérea Wright-Patterson cerca de Dayton, Ohio.

La NASA cree que someter a sus astronautas al Kraken puede ser un muy buen entrenamiento de cara a futuros despegues o descensos a Tierra, y han llegado a un acuerdo con la marina de EEUU para llevar a cabo un experimento. En este ensayo, 24 astronautas en activo se enfrentarán al Kraken durante 60 minutos, en una de las pruebas físicas más duras y exigentes a las que se han sometido jamás. El Kraken estará configurado para girar a aceleraciones que alcanzan tres veces la fuerza de la gravedad, para intentar simular las condiciones de movimiento y velocidad que se suceden en los regresos de los astronautas a la Tierra.

Una prueba física extremadamente exigente

Nada más terminar la prueba, la mitad de voluntarios se someterán a una nueva prueba de movimiento, esta vez con un sistema de realidad virtual puesto. El sistema rastrea los movimientos de la cabeza y los ojos y analizan los índices de mareo en base a la estabilidad de la mirada, el número de parpadeos por minuto o la frecuencia cardíaca. Luego, una vez terminadas las pruebas, el último paso es que los astronautas sean capaces de caminar aproximadamente 10 metros en línea recta. Teniendo en cuenta de que los han estado zarandeando en todas las direcciones durante más de una hora, esos 10 metros son mucho más de lo que pueda parecer.

Estas exigentes pruebas a bordo del Kraken quieren entrenar a los astronautas de cara a viajes más largos a través del espacio. Los mareos y el vértigo son problemas reales cuando cambiamos el plano de gravedad, y corregirlos con estas simulaciones son prácticas clave para evitar accidentes en el futuro.

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