Los biólogos no salen de su asombro: han visto a un pulpo cabalgando a lomos de un tiburón. Es el encuentro animal más raro grabado hasta ahora

Los investigadores no tienen elementos concretos para saber qué llevó a ambos especímenes a ese encuentro ni cómo fue el desenlace del mismo

Los biólogos no salen de su asombro: han visto a un pulpo cabalgando a lomos de un tiburón. Es el encuentro animal más raro grabado hasta ahora
La curiosa imagen que pudieron captar los investigadores marinos de un pulpo sobre un tiburón. Imagen: Wednesday Davis
Publicado en Ciencia

Aunque sea frecuente escuchar eso de que los pulpos tienen nueve cerebros es algo que requiere de un matiz importante, aunque pueda suponer un chasco para aquellos que tienen a los cefalópodos por el animal más inteligente del planeta por su número de cerebros. La realidad es que efectivamente los pulpos son uno de los seres vivos más distinguidos a nivel intelectual, pero tener tienen un solo cerebro.

La confusión suele producirse por el hecho de que con ese cerebro central y mediante un complejo sistema de ganglios es capaz de controlar de manera independiente cada uno de los ocho tentáculos con los que cuenta y cuyo funcionamiento de desgranamos con todo lujo de detalles.

Precisamente esos tentáculos y las ventosas de las que están dotados fueron los mejores aliados para la hazaña que un grupo de investigadores marinos de la Universidad de Auckland tuvo la fortuna de registrar en vídeo. En el marco de unas investigaciones realizadas a finales de 2023 en las costas cercanas a la isla Kawau el equipo de investigación fue capaz de registrar cómo un pulpo permanecía por un espacio de más de diez minutos adherido al lomo de un tiburón mako, como si éste fuera el particular Uber del cefalópodo. Los tiburones mako no son ni mucho menos los más peligrosos del planeta pero sentir miedo ante un tiburón es más que respetable para pulpos y humanos.

La propia Rochelle Constantine, profesora de la Facultad de Ciencias Biológicas inmersa en la investigación describía así lo sucedido: “una gran aleta dorsal gris metalizada indicaba un tiburón grande, un marrajo de aleta corta. Pero un momento, ¿qué era esa mancha naranja en su cabeza? ¿Una boya? ¿Una lesión? Lanzamos el dron, metimos la GoPro al agua y vimos algo inolvidable: un pulpo posado sobre la cabeza del tiburón, aferrándose con sus tentáculos”. El asombro para todos los miembros de la expedición fue generalizado.

Va a ser imposible saber cuáles fueron las causas y las circunstancias que llevaron al encuentro de tan extraña pareja, aunque todas las teorías de los investigadores apuntan a una estrategia defensiva por parte del pulpo: ya fuera para ponerse fuera del alcance de su posible cazador o para tratar de engañarlo haciendo que le perdiera de vista y cesara en su búsqueda.

Tampoco podremos saber cuál de los dos se salió con la suya, puesto que los investigadores no documentaron el momento en que pulpo y tiburón mako dejaron de ser uno y se acabó el trepidante viaje de nuestro cefalópodo protagonista, cuestión que también apuntó la profesora Constantine: Nos fuimos después de 10 minutos, así que no puedo contarles qué pasó después. El pulpo debió vivir una experiencia increíble, ya que la especie de tiburón más rápida del mundo puede alcanzar los 50 km/h.

Y es que tal como menciona Rochelle Constantine en su escrito completo sobre el estudio de los tiburones y su ecosistema hay que dar mucho valor a cuanto se puede ver y aprender del mar y los océanos con lo que las políticas de conservación e investigación han de ser fundamentales para quienes toman las decisiones.

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