Los halcones de las ciudades han evolucionado por los semáforos: atacan dependiendo del color
Un ave rapaz sorprende a los etólogos al utilizar señales acústicas como estrategia de caza

En plena ciudad, donde los coches son uno de los animales protagonistas de la jungla y las farolas y semáforos sus árboles, un joven halcón ha demostrado que adaptarse no es solo sobrevivir, sino aprender. El protagonista de esta historia es un halcón de Cooper, un ave rapaz de tamaño medio, que decidió hacer del semáforo su mejor aliado para cazar con extrema eficacia.
El halcón que aprendió a cazar entre semáforos
Todo comenzó en una intersección cualquiera de una ciudad estadounidense, según se narra en el artículo publicado en la revista científica Frontiers in Ethology. Poco tráfico, un árbol al borde de la acera y una familia que solía cenar en su jardín delantero, dejando tras de sí restos de alimentos, que eran todo un festín para gorriones, palomas y algún que otro estornino. Lo que parecía un escenario urbano sin más, resultó ser el laboratorio al aire libre de un depredador con instinto y lógica.
Vladímir Dinets es el investigador de la Universidad de Tennessee que observó esta serie de acontecimientos, tras varios encuentros matinales con el mismo halcón. Cuando alguien pulsaba el botón del paso de peatones, el semáforo emitía un pitido para personas invidentes. Ese sonido, que no resultaba especialmente llamativo, alargaba la parada de los vehículos y, con ello, formaba una fila de coches que se extendía hasta el árbol donde el halcón esperaba.

Imagen de archivo de un halcón de Cooper
Era en ese momento cuando el pájaro cruzaba entre los coches y se lanzaba en picado sobre sus presas, oculto a la vista hasta el último segundo. La clave del asombro no está solo en la técnica, sino en la comprensión de la secuencia por parte del joven halcón. Escuchar el sonido, ver la fila de coches, permanecer oculto y aprovechar la oportunidad para cazar.
En el invierno del siguiente año, Vladímir volvió a ver la misma maniobra, esta vez ejecutada por un halcón adulto. Este, probablemente, era el mismo pájaro, solo que ya había crecido. Por lo tanto, el investigador piensa que aquel comportamiento no fue accidental, sino que fue perfeccionado con el paso del tiempo.
Por desgracia, al alterarse las condiciones ideales para la caza, la familia se mudó y el semáforo dejó de sonar, parece que la estrategia del halcón de Cooper dejó de ser útil y este desapareció, quizás en busca de otros semáforos donde continuar explotando el truco tecnológico infalible. De esta manera, podemos observar cómo algunos animales utilizan nuestras ciudades para crear nuevos ecosistemas y para sobrevivir con nuestras herramientas.
Frente a la amenaza del tráfico, de cables de alta tensión, de depredadores urbanos o de la población, el halcón de Cooper ha demostrado que no solo se puede sobrevivir en nuestra jungla, sino que también se pueden utilizar sus elementos, como si de ingenieros del mundo animal se tratasen, para poder obtener beneficios del ser humano.