Los humanos hemos llegado al manto de la Tierra: lo hemos hecho perforando kilómetros de profundidad

Un hallazgo sin precedentes abre una ventana a la formación de la corteza terrestre

Los humanos hemos llegado al manto de la Tierra: lo hemos hecho perforando kilómetros de profundidad
Imagen de archivo del navío JOIDES Resolution
Publicado en Ciencia

Un cilindro de roca de más de un kilómetro, conocido habitualmente como testigo, ha sido extraído desde las entrañas del Atlántico y ha dado toda una inesperada lección a la comunidad geológica. A continuación, te hablaremos de la expedición internacional a bordo del buque de investigación JOIDES Resolution, que ha conseguido recuperar una muestra de 1.268 metros de longitud, la más larga jamás conseguida en materiales del manto terrestre. Ya podemos acercarnos a los procesos que moldean nuestro planeta.

Los secretos más profundos del manto terrestre emergen desde el Atlántico

La muestra obtenida tiene un aspecto verdoso y recuerda al mármol. Sabemos, según el estudio publicado en la revista científica Science, que el material procede de una montaña submarina situada al oeste de la dorsal mesoatlántica. Allí, en un campo de fuentes hidrotermales conocido como Ciudad Perdida, por su apariencia de urbe en ruinas, las rocas del manto han alcanzado la superficie y reaccionado con el agua en un proceso llamado serpentinización. El resultado es un paisaje mineral realmente espectacular, donde las fuentes hidrotermales alimentan a comunidades microbianas extremófilas.

Más de 1.200 metros separaban al buque JOIDES Resolution del manto terrestre

Más de 1.200 metros separaban al buque JOIDES Resolution del manto terrestre

Natsue Abe, perteneciente a la Agencia Japonesa para la Ciencia Marina y Terrestre, ha asegurado, en un comunicado publicado en el medio Nature, que sabían "cómo debía ser esta roca en teoría, pero verla sobre una mesa fue un shock". Y es que pasar de modelos y teorías a un objeto que se puede tocar, medir y observar bajo el microscopio lo cambia todo.

Estamos, por cierto, ante un increíble logro, ya que la perforación superó en seis veces la profundidad alcanzada en intentos anteriores. Los geólogos habían previsto llegar a 200 metros, pero el terreno se dejó atravesar con una facilidad inesperada y a una velocidad tres veces superior a la habitual. ¿El resultado? Alcanzar los 1.268 metros de profundidad, con la única limitación del tiempo que tenían para completar la misión.

En cuanto a los primeros análisis, se pueden apreciar rasgos oblicuos en la estructura de la roca, algo que es fundamental para identificar la principal teoría que explica cómo el magma se separa del manto para formar la corteza oceánica. Además, se ha constatado que el límite entre manto y corteza es mucho más difuso de lo que se pensaba. Estamos, por tanto, ante un hallazgo que cambia la manera de entender el nacimiento de las placas tectónicas bajo los océanos.

Eso sí, no todo son buenas noticias. El navío JOIDES Resolution, tras cuatro décadas de servicio, será retirado. Resulta que mantenerlo costaba más de 60 millones de euros anuales, una cifra ahora inasumible para la Fundación Nacional de Ciencia de Estados Unidos. Por suerte, Japón cuenta con el buque Chikyū, que podría tomar su relevo. ¿El objetivo? Alcanzar la discontinuidad de Mohorovičić, conocida como Moho, y observar un manto intacto, capaz de ofrecerlos claves sobre la construcción de nuestro propio planeta.

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