Los microplásticos tienen un nuevo enemigo: bacterias modificadas genéticamente que los devoran sin piedad
¿Y si una bacteria fuera la solución para acabar con el plástico en los océanos? Un equipo de científicos podría haber dado con la clave.

A lo largo de las últimas décadas, hemos visto cómo los plásticos se han convertido en uno de los peores enemigos del cambio climático. Con el paso del tiempo, los restos de este material no terminan eliminándose por completo, convirtiéndose en trozos muy pequeños que vagan por doquier. Los microplásticos pueden terminar alojados en cualquier lugar, incluido el cuerpo de los seres humanos o el de animales que, al fin y al cabo, terminan siendo ingeridos por estos. ¿Se puede poner remedio a este problema?
Hace unos días te mostramos cómo existen unos gusanos que tienen la particularidad principal de que pueden ingerir plástico. En el día de hoy te traemos una nueva alternativa para acabar con este grave problema. ¿Y si las bacterias modificadas genéticamente pudiesen ser capaces de descomponer el plástico en su totalidad? Esta propuesta podría servir como herramienta para conseguir avances interesantes para paliar la situación actual.
Las bacterias que se encargan de eliminar el plástico en el ámbito marino
Un equipo de investigadores de la Universidad de Hokkaido, en colaboración con profesionales del Mitsubishi Chemical Group, en Japón, han conseguido comprobar cómo hay una nueva bacteria que es capaz de eliminar los restos del plástico que hay en el océano. Se trata de un estudio que permite disfrutar de un hilo esperanzador para lograr una reducción notable en el número de partículas presentes en mares y océanos. El objetivo es evitar que la fauna y flora se alimente de restos que, a fin de cuentas, pueden terminar en nuestro propio organismo.
En esta ocasión, la bacteria descubierta incide, principalmente, en el succinato de polibutileno (PBS). Este material puede permanecer durante muchos años sin degradarse, por lo que esta solución puede servir para agilizar unos cuantos años el proceso de eliminación sin generación de residuos. Su actuación es rápida, lo cual se agiliza, todavía más, la desintegración total de esta presencia de microplásticos divagando por el océano.
La contaminación plástica en el océano es un problema global y debemos abordarlo. Debe obtenerse una nueva comprensión del comportamiento del plástico en el entorno y aprovechar el uso de nuevas tecnologías para acabar con la contaminación. Tomoo Sawabe, el máximo exponente del equipo de investigación de la Universidad de Hokkaido
La enzima responsable de degradar este tipo de plástico se conoce como PBSasa. La clave para comprender el rendimiento de esta solución radica en la incorporación de dicha enzima en la bacteria marina común Escherichia coli. La liberación de este híbrido podría acabar con el problema en los océanos, pero lo cierto es que se requiere, por el momento, la realización de más estudios en el futuro. El objetivo es poder determinar que esta solución es capaz de cumplir, únicamente, con esta función. ¿Será posible llevarlo a cabo? Todavía es pronto para saberlo.