Por qué cuando vas en avión no notas la velocidad a la que viajas

La ciencia detrás de nuestra percepción alterada de la velocidad durante el vuelo aéreo: un fenómeno intrigante

Por qué cuando vas en avión no notas la velocidad a la que viajas
Un avión despegando, una escena que captura la tranquilidad aparente ocultando la velocidad de crucero con la que viaja
Publicado en Ciencia

Viajar en avión es una experiencia que nos despega literalmente del suelo, llevándonos a surcar los cielos a velocidades que superan con creces cualquier otro medio de transporte terrestre que usemos en nuestra vida cotidiana. Sin embargo, una curiosidad que asalta a muchos viajeros es el porqué, estando a bordo de una máquina que viaja a unos 925 km/h (la velocidad de crucero de un jet comercial), rara vez percibimos esta velocidad vertiginosa. La explicación yace en una serie de principios físicos y perceptuales que, al combinarse, crean esta fascinante ilusión.

En primer lugar, la falta de puntos de referencia juega un papel crucial en nuestra percepción de la velocidad. Cuando estamos en tierra, los objetos cercanos (árboles, edificios, otros vehículos) pasan rápidamente por nuestro campo visual, proporcionando una clara sensación de movimiento y velocidad. Sin embargo, a la altitud de crucero de un avión, los paisajes se mueven lentamente bajo nosotros, y las nubes o el cielo azul vacío ofrecen pocos o ningún punto de referencia.

Esta ausencia de puntos de referencia cercanos se ve agravada por la distancia al suelo. A varios miles de metros de altura, nuestro campo visual abarca vastas extensiones de terreno o mar, lo que hace que cualquier movimiento percibido sea notablemente más lento de lo que sería si estuviésemos cerca del suelo. Esta escala y perspectiva alteradas dificultan nuestra capacidad para juzgar la velocidad real a la que nos estamos moviendo.

Otro factor es la estabilidad y suavidad del vuelo. Los aviones están diseñados para volar de manera tan estable y suave como sea posible, minimizando las turbulencias y las variaciones de velocidad que podrían ofrecer una sensación más inmediata de aceleración o desaceleración. Esta estabilidad, si bien es esencial para la comodidad del pasajero, también contribuye a la sensación de inmovilidad, especialmente cuando se viaja por encima de las capas de nubes sin referencias visuales directas al suelo.

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Cuando un avión corta el cielo alto entre las nubes, su velocidad real, aunque impresionante, parece disminuir ante nuestros ojos, ofreciendo una imagen de calma y serenidad que oculta la rapidez con la que realmente vuela

Viajando en avión: velocidad relativa es cero

Además, la velocidad relativa dentro del avión es cero. Todo a bordo, incluidos los pasajeros, se mueve a la misma velocidad que el avión, creando un ambiente cerrado en el que no hay movimiento relativo que percibir. Esto es similar a la sensación de estar en un coche en una autopista: si todos los vehículos se mueven a la misma velocidad, la sensación de movimiento se reduce considerablemente.

De este modo, cuando se observa desde el suelo, un avión en el cielo parece moverse lentamente debido a la distancia y la perspectiva. A pesar de que el avión puede estar moviéndose a una velocidad de crucero, la gran distancia entre el observador y el avión hace que este movimiento parezca lento, un fenómeno conocido como paralaje. Así, la combinación de una falta de puntos de referencia cercanos, la gran altitud y la perspectiva desde el avión, junto con la estabilidad del vuelo y la velocidad relativa nula dentro de la cabina, se juntan para crear la ilusión de que no nos estamos moviendo tan rápidamente como en realidad lo estamos. Esta peculiaridad de la percepción humana nos permite sentarnos cómodamente a miles de metros sobre la tierra, viajando a velocidades que nuestros antepasados ni siquiera podían imaginar, mientras leemos un libro o vemos una película, casi como si estuviéramos quietos.

En conclusión, aunque la experiencia de volar puede parecer contraintuitiva en términos de percepción de velocidad, esta se ve influenciada por diversos factores físicos y perceptuales. Ahora que hemos explorado el porqué no notamos la velocidad a la que viajamos en avión, podríamos explorar más en otros aspectos de la aviación, como por qué los aviones no vuelan en línea recta, entendiendo las razones detrás de las rutas que siguen. También, al adentrarnos en explicaciones fáciles para niños sobre por qué los aviones vuelan, nos encontramos con conceptos fundamentales como qué es la gravedad y cómo afecta a la Tierra, proporcionando una base sólida para comprender no solo los principios de vuelo, sino también los fundamentos de nuestro mundo físico.

Por qué cuando vas en avión no notas la velocidad a la que viajas

ChatGPTLa sensación de que no percibimos la velocidad a la que viajamos mientras estamos dentro de un avión se debe a la ausencia de puntos de referencia cercanos y la estabilidad del vuelo, lo que crea un ambiente donde la experiencia se asemeja más a estar en un espacio estático

¿A qué velocidad viaja un avión?

Un avión comercial típico viaja a una velocidad de crucero de aproximadamente 575 millas por hora (mph), lo que equivale a unos 925 kilómetros por hora (km/h).

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