Qué consecuencias tiene para el cuerpo una huelga de hambre

Los devastadores efectos de una huelga de hambre en el organismo humano: comprendiendo las graves consecuencias.

Qué consecuencias tiene para el cuerpo una huelga de hambre
Las impactantes consecuencias de una huelga de hambre por causas políticas en el cuerpo humano: debilidad extrema, pérdida de peso severa y riesgo para la salud.
Publicado en Ciencia

En todo el mundo, las huelgas de hambre se han utilizado como una forma extrema de protesta. A lo largo de la historia, activistas políticos y prisioneros han recurrido a esta táctica para llamar la atención sobre sus demandas. Sin embargo, ¿cuáles son las consecuencias reales para el cuerpo humano cuando alguien decide dejar de comer durante un período prolongado? Algo que podría tener cierto parangón con cómo comen los astronautas en el espacio.

¿Qué es una huelga de hambre?

Una huelga de hambre es un acto de protesta en el que una persona se niega a ingerir alimentos durante un período determinado. Suele ser utilizada como una herramienta de resistencia cuando no se dispone de otras formas de protesta. El propósito principal de una huelga de hambre es atraer la atención pública y llamar la atención sobre una causa, como las condiciones en prisión, la liberación de presos políticos o problemas sociales.

¿Cómo afecta el cuerpo humano la falta de alimentos?

La falta de alimentos tiene un impacto inmediato en el organismo. Cuando una persona deja de comer, su cuerpo debe recurrir a sus reservas de energía almacenadas en forma de grasa y músculo. Esto da lugar a una serie de efectos adversos.

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Algunos huelguistas se ven obligados a pasar largos períodos en colchones debido a las graves consecuencias que una huelga de hambre puede tener en su cuerpo y salud.

Pérdida de peso y debilitamiento muscular

La primera consecuencia evidente de una huelga de hambre es la pérdida de peso. El organismo empieza a utilizar las reservas de grasa y, posteriormente, las proteínas musculares para obtener energía. Esto lleva a la pérdida de masa muscular y a una disminución de la fuerza física.

Alteraciones en el metabolismo y los niveles de energía

La privación de alimentos desencadena cambios metabólicos para conservar energía. El metabolismo se ralentiza para reducir el gasto calórico. Esto puede resultar en una sensación constante de fatiga y debilidad.

Consecuencias a corto plazo de una huelga de hambre

Las consecuencias de una huelga de hambre se vuelven más graves a medida que el tiempo pasa. A corto plazo, los efectos incluyen.

Daños en órganos vitales

La falta de nutrientes esenciales puede causar daño en órganos como el hígado y los riñones. Además, el corazón puede debilitarse, lo que aumenta el riesgo de arritmias cardíacas y otros problemas cardiovasculares.

Deshidratación y desequilibrios electrolíticos

La falta de ingesta de líquidos puede llevar a la deshidratación, lo que afecta negativamente el funcionamiento de los órganos. Los desequilibrios en los niveles de electrolitos, como el sodio y el potasio, pueden ser peligrosos y provocar complicaciones graves.

Impacto en la salud mental y emocional

La privación de alimentos también afecta la salud mental y emocional. Las personas en huelga de hambre pueden experimentar cambios de humor, irritabilidad, ansiedad y depresión.

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La salud mental también se ve afectada en las huelgas de hambre, con consecuencias que van más allá de lo físico.

Consecuencias a largo plazo de una huelga de hambre

A medida que la huelga de hambre continúa, las consecuencias a largo plazo se vuelven más preocupantes.

Daño en el sistema cardiovascular

La falta de nutrientes esenciales puede dañar las arterias y el corazón, aumentando el riesgo de enfermedades cardiovasculares a largo plazo.

Complicaciones gastrointestinales

El sistema digestivo sufre daños, lo que puede resultar en problemas como úlceras, gastritis y otros trastornos gastrointestinales.

Repercusiones neurológicas

La falta de nutrientes puede afectar negativamente al sistema nervioso, lo que lleva a problemas como la pérdida de memoria, dificultades cognitivas y problemas neurológicos.

Posibles secuelas permanentes

A largo plazo, una huelga de hambre puede dejar secuelas permanentes en la salud física y mental de la persona que la lleva a cabo.

Síndrome de realimentación

Incluso después de decidir poner fin a una huelga de hambre, existe el riesgo potencial de experimentar el «síndrome de realimentación». Este síndrome se produce debido a cambios en los fluidos y electrolitos, y puede incluir disfunción hepática, arritmias cardíacas, síntomas neurológicos y pulmonares. Por lo tanto, se recomienda que profesionales de la salud capacitados supervisen la reintroducción gradual de nutrientes a quienes hayan rechazado los alimentos durante cinco días o más.

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La importancia de la prudencia al regresar a la alimentación tras una huelga de hambre: cuidar la salud es la prioridad.

Cómo reaccionan las autoridades ante las huelgas de hambre

Las huelgas de hambre son una forma de protesta en la que los participantes están dispuestos a dañarse a sí mismos para lograr un objetivo. Los huelguistas de hambre a menudo confían en la fuerza moral de su protesta, ya que algunos están decididos a morir por su causa. Este tipo de acción también puede atraer cierta cantidad de publicidad a su caso y ayudarles a tener éxito. Sin embargo, las autoridades suelen evitar que un huelguista de hambre muera por varias razones:

  • Responsabilidad social: se espera que una sociedad responsable no permita una muerte prevenible, lo que podría resultar en consecuencias públicas o censuras de instituciones extranjeras.
  • Temor a convertirse en mártires: las autoridades temen que si dejan morir a un huelguista de hambre, este se convierta en un mártir para su causa.

Por esta razón, a veces las autoridades optan por alimentar forzosamente a los huelguistas de hambre, lo cual se realiza contra su voluntad, generalmente mediante la inserción de un tubo de plástico a través de la nariz hasta el estómago. A pesar de que el objetivo de la alimentación forzada es mantener con vida al huelguista, pero esta práctica se considera cruel, inhumana y degradante. Además, puede causar graves problemas de salud, como sangrado y otras complicaciones.

Una breve historia moderna de las huelgas de hambre

Se cree que una de las primeras huelgas de hambre importantes en la historia moderna tuvo lugar a finales del siglo XIX en Rusia. De acuerdo con un estudio escrito por Kevin Grant, profesor de historia en el Hamilton College de Nueva York, una de estas huelgas de hambre se registró en 1878, cuando los presos políticos recluidos en la Fortaleza de San Pedro y San Pablo en San Petersburgo se negaron a comer para protestar contra las condiciones inhumanas de prisión.

En los años siguientes, hubo varias huelgas de hambre protagonizadas por prisioneras políticas en Siberia, lo cual resulta sorprendente dado el pequeño número relativo de presas políticas enviadas allí. Una de estas huelgas comenzó en solidaridad con una prisionera llamada Yelizaveta Kovalskaya, quien había sido trasladada violentamente después de supuestamente insultar a un funcionario visitante. Este episodio, que terminó con varias muertes (algunas prisioneras abandonaron sus huelgas de hambre para ingerir veneno), se conoció como la «tragedia de Kara», y la prisión fue cerrada poco después.

Este método de protesta, denominado «método ruso» por varios medios de comunicación de la época, fue posteriormente adoptado por las sufragistas británicas, siendo Marion Wallace Dunlop la primera en llevar a cabo una huelga de hambre en 1909. Debido al temor de que pudiera morir en prisión y, de este modo, dar más simpatía a la causa sufragista entre el público, fue liberada después de 91 horas. Otras sufragistas siguieron su ejemplo y algunas fueron liberadas de la prisión, mientras que a otras se les alimentó forzosamente.

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Las huelgas de hambre: una táctica de protesta que ha dejado una huella indeleble en la historia, desde la Rusia zarista hasta los días modernos.

Otras figuras destacadas y sus huelgas de hambre

Las décadas siguientes presenciaron muchas otras huelgas de hambre en todo el mundo. Mahatma Gandhi, líder de la independencia de la India, realizó varias huelgas de hambre para protestar contra el dominio británico, siendo la más larga de ellas de 21 días. Bobby Sands, miembro del Ejército Republicano Irlandés (IRA), se sometió a una huelga de hambre y murió en 1981 después de 66 días de protesta, exigiendo ser tratado como prisionero político y no como criminal.

El disidente soviético Anatoly Marchenko llevó a cabo varias huelgas de hambre y murió en prisión en 1986, probablemente a causa de complicaciones derivadas de una huelga de hambre. La activista india Irom Sharmila puso fin a su huelga de hambre en 2016 después de negarse a comer durante 16 años, lo que podría considerarse la huelga de hambre más larga del mundo. El gobierno la alimentó forzosamente a través de un goteo nasal durante más de 10 años.

¿Cuál ha sido la huelga de hambre más larga de la historia?

La huelga de hambre más larga registrada en la historia se atribuye a la activista india Irom Sharmila, quien se negó a comer durante 16 años, desde 2000 hasta 2016, como protesta contra la Ley de Poderes Especiales para las Fuerzas Armadas en Manipur, India.

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