Reciclar las botellas de plástico es el pasado: ahora servirán para mejorar nuestra tecnología

Científicos logran transformar objetos cotidianos en dispositivos de almacenamiento de energía más sostenibles y eficaces

Reciclar las botellas de plástico es el pasado: ahora servirán para mejorar nuestra tecnología
Recreación mediante IA de un equipo de científicos investigando el uso de botellas de plástico para crear un supercondensador
Publicado en Ciencia

El ser humano es capaz de consumir recursos con una rapidez pasmosa. Por ejemplo, sabemos que las botellas de plástico continúan formando parte esencial de nuestro suministro de agua y que, por desgracia, la mayoría de ellas acaban sus días en vertederos o en el mar. Sin embargo, lo que parece un grave problema puede ser el inicio de una solución muy ingeniosa: utilizar el plástico que no queremos para convertirlo en supercondensadores, unos dispositivos capaces de almacenar y liberar grandes cantidades de energía en cuestión de segundos.

Del plástico a la batería del futuro: así nacen los supercondensadores reciclados

El trabajo del que te hablamos, publicado en la revista científica Energy & Fuels, explica cómo el equipo que ha liderado el científico Yun Hang Hu ha encontrado una manera innovadora de transformar el plástico más común en las botellas, conocido con las siglas PET, en componentes clave para la próxima generación de sistemas de almacenamiento de energía. El hallazgo no es solo un curioso experimento, sino un nuevo ejemplo de economía circular.

Todo el proceso comienza con un simple gesto: cortar una botella en pequeños fragmentos, del tamaño de granos de sémola de trigo, utilizada de manera más conocida en elaboraciones como el cuscús. A partir de ahí, la ciencia entra en juego, mezclando esos fragmentos de plástico con hidróxido de calcio y sometiendo al conjunto a temperaturas cercanas a los 700 grados centígrados. El resultado es un polvo de carbono poroso, eléctricamente conductor, que hace las veces de electrodo. Es decir, que ya tenemos la puerta de entrada y salida de la electricidad para el supercondensador.

Después, los investigadores lo combinan con un polvo de carbono elemental puro y un aglutinante polimérico, consiguiendo unas láminas finas. Obtenida la primera pieza, tenemos que conseguir lo que se conoce como separador, un elemento fundamental de los supercondensadores eléctricos de doble capa. En este caso, los científicos utilizaron fragmentos de PET aplastados, perforados con un patrón de orificios que optimiza el flujo de corriente a través del electrolito líquido.

Con las dos piezas ya listas, ya tenemos la base para construir el supercondensador. Se utilizan dos electrodos de carbono sumergidos en una disolución de hidróxido de potasio, estando separados por la mencionada película plástica perforada. Como resultado, según se afirma en el comunicado publicado en la página web de la American Chemical Society, el supercondensador reciclado mantuvo un 79% de su capacidad de almacenamiento tras varios ciclos, superando a un dispositivo equivalente con separador de vidrio, que se quedó en el 78%.

Yun Hang Hu asegura que esta investigación abre "nuevas oportunidades para las tecnologías de almacenamiento de energía circular". Y aún parece quedar margen de mejora, ya que los investigadores afirman que "con una mayor optimización, los supercondensadores derivados del PET podrían pasar de ser prototipos de laboratorio a dispositivos listos para el mercado en los próximos cinco a diez años". Así que la próxima vez que recicles una botella de plástico, piensa que podría acabar en un laboratorio alimentando una batería de última generación.

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