Un hueso desmonta la teoría de que el ser humano aniquiló a la megafauna de Australia

Nuevas tecnologías han ayudado a un paleontólogo a desmontar una hipótesis que él mismo acuñó décadas atrás en el tiempo

Un hueso desmonta la teoría de que el ser humano aniquiló a la megafauna de Australia
Ilustración publicada en la página web de la Universidad de Nueva Gales del Sur, donde se representan algunos de los grandes animales que habitaron el Parque Nacional de Mammoth Cave
Publicado en Ciencia

Durante décadas, la comunidad científica dio por hecho que una tibia fosilizada de canguro gigante hallada en el Parque Nacional de Mammoth Cave, en el suroeste de Australia, era la prueba que demostraba que los indígenas habían cazado y despedazado animales de enorme tamaño. El corte visible en el hueso se interpretó en 1980 como la marca inequívoca de un cuchillo de piedra. Sin embargo, la tecnología actual ha dado un giro al relato y te lo contamos a continuación.

El hueso que desmonta un mito

Un reciente artículo publicado en la revista científica Royal Society Open Science nos invita a conocer una historia de redención y del legado de la caza en el continente más alejado del planeta. El paleontólogo Mike Archer, perteneciente a la Universidad de Nueva Gales del Sur, es el mismo investigador que en los años ochenta defendió la tesis de la caza. Hoy, con toda la humildad, reconoce su error.

En un comunicado publicado en la página web de la Universidad de Nueva Gales del Sur el propio Mike Archer afirma que "como científico, no es solo mi trabajo, sino también mi responsabilidad actualizar el registro cuando surge nueva evidencia". Y es que lo que parecía la prueba definitiva de una matanza prehistórica resulta ser un error de perspectiva, corregido por tecnología del siglo XXI.

Este es el hueso de la discordia, perteneciente a la especie extinta Procoptodon browneorum

Este es el hueso de la discordia, perteneciente a la especie extinta Procoptodon browneorum

El debate, acerca de si los primeros australianos exterminaron a la megafauna de su tierra, desde marsupiales del tamaño de un coche hasta aves incapaces de volar que duplicaban a los avestruces, vuelve a abrirse. La respuesta parece ser un nuevo enigma. En teoría, si aquellos humanos hubiesen aniquilado a las especies a base de caza, se esperaría encontrar huesos con cortes en abundancia. Sin embargo, la supuesta prueba reina ha caído.

El hueso hallado en Mammoth Cave, cuyo corte se creía que se había producido con el animal aún vivo, ha sido analizado de nuevo. En esta ocasión, se han utilizado procedimientos como escáneres 3D de alta resolución, microscopía y nuevas técnicas de datación, para descubrir que la incisión se produjo cuando el hueso ya estaba fosilizado. Y este no es el único objeto digno de estudio en este caso.

La investigación también ha analizado un colgante tallado en un diente fósil de Zygomaturus trilobus, un marsupial gigante emparentado con los wombats. Este diente ha revelado algo inesperado: los primeros habitantes no solo reconocían los fósiles, sino que los valoraban, los transportaban y quizá los intercambiaban como objetos simbólicos. De hecho, el investigador Kenny Travouillon sugiere que "los Primeros Pueblos pueden haber sido los primeros paleontólogos del continente y posiblemente del mundo".

El equipo no descarta que hubiera caza ocasional de grandes animales, pero afirma categóricamente que no hay pruebas concluyentes de que esa práctica les llevara a su extinción. La historia, de esta manera, cambia radicalmente. La fascinación del ser humano por viejos huesos nos vuelve a contar un nuevo relato para continuar aprendiendo acerca del pasado del planeta.

Para ti
Queremos saber tu opinión. ¡Comenta!