Una niña no paraba de advertir que había monstruos en su habitación, pero la realidad era aún peor

A pesar de la imaginación infantil, la pequeña tenía razón en sus miedos nocturnos

Una niña no paraba de advertir que había monstruos en su habitación, pero la realidad era aún peor
Recreación mediante IA de una niña asustada por la noche en su habitación
Publicado en Ciencia

Hablar de monstruos no es extraño en ciertas edades. Los más pequeños suelen tener mucha imaginación y si, además, se le unen factores externos que la potencian, la combinación puede ser complicada. En este caso, no hablaremos de extraños peces abisales ni de los animales críptidos más conocidos, sino de otro tipo de fenómeno habitual tras las paredes.

Los monstruos pueden ser muy reales

Todo sucedió en una granja situada cerca de la localidad de Charlotte, en el estado norteamericano de Carolina del Norte. Según la información publicada por el medio BBC News, una niña llamada Saylor Class llevaba días quejándose de que había un monstruo tras las paredes de su habitación.

Sus padres, dado que la niña había visto recientemente 'Monstruos S.A.', no le dieron importancia en un principio, achacándolo a la desbordante imaginación de la menor y a los habituales terrores en tempranas edades. Su madre, Ashley Massis Class, incluso la ofreció una botella de agua mágica para solucionar el problema. Según ella:

Incluso le dimos una botella de agua y le dijimos que era spray para monstruos, con lo que podría alejar a los monstruos con el spray por la noche.

Sin embargo, pasaron varios meses en los que las quejas de la niña no cesaron y fue cuando una observación en la chimenea y cerca del ático de la centenaria casa empezó a hacer encajar todas las piezas del puzzle. Había abejas rondando aquellos lugares y, posiblemente, en más rincones de la casa.

Después de llamar a una compañía de control de plagas, el experto en cuestión confirmó que detrás de la habitación de Saylor no había ningún tipo de monstruo, sino algo a lo que todos podríamos temer: una colmena de abejas. Cuando una inspección, a través de una cámara térmica, confirmó la noticia, se descubrieron decenas de miles de abejas.

Después de abrir la pared de la habitación de la niña, según cuenta su madre, las abejas comenzaron a salir volando como si se tratase de una película de terror. El experto en plagas afirma que tuvo que quitar entre 55.000 y 65.000 abejas de dicha colmena y alrededor de 45 kilogramos de panales.

La operación ha necesitado de tres intervenciones para poder eliminar a todas las abejas de la casa, que ahora descansan en un santuario para este tipo de insectos. Eso sí, detrás de sí han dejado a una niña temblorosa, daños en el sistema eléctrico, y otras partes de la vivienda, valorados en 20.000 dólares y el recuerdo de que los monstruos no existen, pero que algunos pueden ser casi reales.

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