La fuerza aérea de Estados Unidos tiene su propio "Frankenstein": ha sido creado con partes de múltiples aviones
El F-35 es uno de los aviones de combate más modernos que existen y ahora también existe el Frankenjet F-35A creado con partes de otros aviones averiados. El experimento ha ahorrado 60 millones de dólares

Estados Unidos está invirtiendo grandes esfuerzos y capital en continuar siendo la mayor potencia militar del mundo. De hecho, con la llegada de nuevo de Donald Trump al poder parece que las cosas van a seguir un camino concreto: reforzar todavía más la inversión en defensa. Es más, el presidente republicano ya está pidiendo crear una Cúpula Dorada que proteja el país, así como mejorar la fuerza aérea con cazas de sexta generación. Hasta que eso ocurre, la USAF mantendrá los F-35 en servicio. En últimas noticias hemos conocido que esta rama del ejército tiene hasta su propio Frankenstein.
El F-35 es un avión de combate de quinta generación que está ahora mismo en boca de todos. Sus capacidades para enfrentar al enemigo son múltiples y variadas. Según los análisis realizados por expertos, poco aviones en el mundo pueden competir contra él. Ahora bien, las cosas son distintas si miramos con una lupa. El F-35 padece problemas, una serie de errores que han llevado a que más de un aparato haya tenido percances y averías graves.
Es un avión de combate F-35 fabricado con otros aviones de combate
Debido a estas averías, unos pocos F-35 han sido destruidos por completo, ya que estaban en vuelo al momento de ocurrir el accidente. Los pilotos siempre han tenido la suerte de eyectarse y no perecer en el proceso. Eso sí, el aparato ha acabado siniestro total perdiéndose nada menos que 80 u 85 millones de dólares. No obstante, parece que hay buenas noticias respecto a la pérdida de capital, puesto que los aviones dañados en tierra han servido como caja de repuestos y herramientas para construir un nuevo avión, así es, justo como en la historia de Frankenstein.
Tal y como en la historia de Mary Shelly, los ingenieros de la USAF han cogido las partes de los aviones de combate que no funcionan y han creado con ellos un nuevo caza F-35 totalmente funcional. El trabajo, que ha valido cerca de 20 millones de dólares, ha ahorrado a las arcas del estado otros 80 millones y ha dado a las fuerzas aéreas un avión que sirve como cualquier otro para misiones de ataque y defensa. Aunque habrá que ver si el uso reiterado le sienta bien, la respuesta debería ser afirmativa.

Imagen publicada por la USAF donde se muestra el Frankenjet F-35A (US Army)
En conclusión, los ingenieros que trabajan para las fuerzas aéreas de Estados Unidos han logrado una pequeña proeza al conseguir un nuevo avión de los restos de otros. Esta podría ser una buena dirección para obtener en el futuro más aviones a precio reducidos. Por mucho que haya controles y pruebas, siempre habrá accidentes y averías, que esperamos que no reporten víctimas (es lo más importante). Por tanto, ese material ya no válido puede reutilizarse para otros fines y no pequeños. Estaremos pendiente por si la USAF quiere construir un nuevo Frankenstein.