Un avión de combate F-35 acaba de lanzar una bomba nuclear. No hay que preocuparse, todo era parte de un plan controlado

El F-35 es el único caza de quinta generación preparado para portar armas nucleares si llegara el caso. Se ha hecho una prueba con una bomba inerte y ha sido todo un éxito

Un avión de combate F-35 acaba de lanzar una bomba nuclear. No hay que preocuparse, todo era parte de un plan controlado
Arte conceptual en el que aparece un F-35 durante un vuelo de reconocimiento (Lockheed Martin)
Publicado en Defensa

Ahora mismo el poder aéreo de las potencias militares del planeta está creciendo cada vez más. En una serie de pruebas realizadas recientemente la USAF (Fuerza Aérea de Estados Unidos) ha conseguido con éxito lanzar un arma nuclear desde un caza de quinta generación F-35. Estas pruebas se han llevado a cabo en el campo de pruebas de Tonopah, en Nevada, estado donde ya se han realizado más test de armas nucleares en el pasado. No hay que asustarse, para la misma la bomba lanzada estaba inerte.

De acuerdo con la información disponible, la campaña de agosto incluyó las únicas pruebas de vuelo en las que una bomba B61-12 fue colocada en un avión F-35, demostrando así la total fiabilidad de la aeronave, sus tripulaciones y el sistema de armas. El sitio web de Sandia ha mencionado por igual que esta prueba también logró un hito técnico: conseguir el preacondicionamiento térmico inicial conjunto para su transporte en un F-35 antes de su despliegue.

Los F-35 se preparan para poder llevar a bordo bombas nucleares tácticas

Estos resultados validaron los requisitos ambientales de la bomba en un entorno de combinación real con la aeronave, reforzando aún más su idoneidad para las exigencias de las misiones modernas. Las pruebas de vuelo del arsenal desempeñaron un papel fundamental en las evaluaciones anuales de los laboratorios de la NNSA y contribuyeron a la preparación de las fuerzas armadas para un escenario, que aunque no lo prevemos posible, siempre está encima de la mesa. Jeffrey Boyd, de Sandia, comentó:

Estas pruebas de vuelo de reserva y de transporte cautivo del F-35A B61-12 fueron el logro culminante de una enorme cantidad de planificación y esfuerzo por parte de quienes participaron no solo en Sandia, sino también en muchas otras agencias. Además, estas pruebas de vuelo de la reserva de B61-12 representan la finalización del mayor alcance de vigilancia de pruebas de vuelo de B61-12 en un año hasta la fecha y el mayor en un año determinado en el futuro previsible.

Por otro lado, Brian Adkins, director del campo de pruebas de Tonopah, ha afirmado que la serie de pruebas requirió la adaptación de los planes en tiempo real para cumplir con los requisitos de seguridad y de la misión: «La rápida coordinación de todo el equipo de pruebas permitió realizar con éxito dos días de pruebas para evaluar tres equipos», declaró.

En resumen, las pruebas pusieron de relieve la posición única que tiene el F-35 dentro de las fuerzas aéreas de Estados Unidos. Un aparato que destaca entre los cazas de quinta generación por poseer tanto características furtivas como certificación para llevar a cabo ataques nucleares. Si bien es verdad que el J-20 chino y el Su-57 ruso también cuentan con diseños furtivos, ninguno de los dos aviones ha recibido autorización para tales operaciones (por el momento).

Fue en marzo de 2024, el F-35A recibió autorización para desplegar bombas de caída libre B61-12, convirtiéndose en el primer avión de quinta generación aprobado para transportar ingenios de esta clase. La capacidad de equipar el F-35 con la B61-12 se considera una importante mejora para la flota aérea estadounidense, especialmente ante la intensificación de la competencia estratégica y el desarrollo de programas de armamento avanzado por parte de varios países como los mencionados chino y ruso.

Estados Unidos actualmente prueba todos los componentes de sus sistemas de armas nucleares, excepto el material nuclear explosivo de las ojivas. El país no ha realizado una prueba de armas nucleares a gran escala desde 1992, y esta práctica fue prohibida por el presidente Bill Clinton en 1996. Las pruebas recientes utilizaron ojivas inertes, en consonancia con esta prohibición vigente desde hace tiempo. No obstante, todo podría cambiar durante el mandato de Donald Trump, el cual está a meses de cumplir su primer año de este segundo mandato.

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