Así funcionan los centros de intercambio de baterías que triunfarán en China

El coche eléctrico está siendo objeto de críticas desde que llegó a la movilidad. El consumidor no termina de apostar por esta tecnología debido, principalmente, al mayor precio que supone su compra y el cambio de rutinas que debe realizar para adaptarse a la recarga del mismo. A día de hoy, ¿podríamos evitar pensar en una fórmula alternativa para su crecimiento?

Desde hace años, se han barajado diversas propuestas para conseguir incrementar la autonomía de estos automóviles o reducir el tiempo de carga que requieren sus baterías. No obstante, pese a las múltiples inversiones que se han realizado al respecto, lo cierto es que todavía hay mucho trabajo por delante. Ahora bien, ¿y si se popularizase una de estas últimas innovaciones?

Tal y como se puede leer en la noticia difundida por InsideEVs hace un tiempo, el intercambio de baterías se ha posicionado como una solución que está contando con un mayor número de seguidores. Esta apuesta, la cual no cuajó en mercados como el europeo, está viviendo un mayor crecimiento, principalmente, en China. ¿Cómo funciona esta alternativa estandarizada por NIO?

Esta compañía, nacida como una startup creada para competir algún día contra Tesla, está siendo objeto de un crecimiento inusual dentro del mercado sostenible. Su arriesgada apuesta está siendo un soplo de aire fresco que le está permitiendo incrementar su facturación en lo referente a la industria automovilística sin emisiones contaminantes.

¿Cómo funciona el intercambio de baterías que se está impulsando? Tal y como cabría esperar, la principal ventaja que incorpora esta solución es el ahorro de tiempo necesario para disfrutar de la plena capacidad de las baterías. Veamos cómo funciona este modelo y por qué podría tener recorrido en otros mercados pese a su rechazo inicial.

Una modalidad de alquiler con un largo desarrollo por delante

Seguro que alguna vez has escuchado que el coche eléctrico ha cambiado la manera en la que adquirimos un automóvil, ¿verdad? ¿Alguna vez imaginarías comprar tu coche de combustión interna pagando una cuantía mensual por equipar un motor determinado? Algunos fabricantes como Renault hacen lo propio con el sistema de baterías de la tecnología eléctrica.

En esta ocasión, el alquiler estaría asociado a un intercambio de las baterías, las cuales deberían ser extraíbles. Dicha sustitución permitiría disfrutar de un ciclo de autonomía completa a cambio de ceder a la empresa proveedora el producto para recargarlo. Algunas compañías como NIO están experimentando cómo rentabilizar esta solución en un futuro.

Por el momento, la demanda no es máxima por el propio volumen de vehículos eléctricos compatibles. Es importante destacar que los principales fabricantes no admiten la sustitución de baterías de manera sencilla, ya que estas se sitúan sobre el chasis y son de muy difícil acceso. No obstante, algunos otros productos como el EV300 de BAIC, sí permiten su sustitución sin dificultad.

BJEV, otro fabricante de origen chino, pretende instalar hasta final de año hasta un total de 100 puntos de intercambio de baterías, con lo que se completará una primera fase de desarrollo de soluciones disruptivas en la automoción. Por el momento, la cuota fija sería de 432 yuanes al mes, es decir, en torno a unos 55 euros al cambio actual.

Una solución que requeriría un modelos contrario de producción

Este sistema cuenta como principal punto negativo para su crecimiento la escasa presencia de soluciones compatibles más allá de China y otros mercados asiáticos. Observando las principales marcas a nivel internacional, lo cierto es que ninguna permite un acceso cómodo y fácil al núcleo del coche eléctrico, su conjunto de baterías.

El ES8 es la principal apuesta de NIO en el mercado de coches alternativos. <a href="https://www.turbo.pt" rel="nofollow" target="_BLANK">Turbo</a>

El fabricante NIO, por otro lado, es consciente del temor del usuario de un coche eléctrico por quedarse sin batería. Para evitar esta situación incómoda, se está fomentando lo que ya se conoce popularmente como las electrolineras portátiles. Su funcionamiento sería muy sencillo, ya que consistiría en un servicio que te permitiría cargar esos kilómetros extra que te faltan para llegar a tu destino.

Para ello, un vehículo que incorporaría un generador eléctrico contribuiría para evitar tener que llamar a la grúa al quedarse uno sin autonomía. Este curioso negocio ya está siendo probado en algunos países a través de un contrato de periodicidad mensual a razón de un precio determinado por las partes.

¿Llegarán estas soluciones prácticas al grueso de la movilidad sostenible en zonas que anteriormente han rechazado este modelo? No se descarta que podamos ver, en los próximos años, estas curiosas alternativas en áreas geográficas en las que el coche eléctrico esté despuntando en cuanto a demanda.