Eficiencia absoluta: este coche solar ha recorrido más de 1.000 kilómetros sin parar, pero hay un problema
Un coche eléctrico solar consigue circular con una sola carga un total de 1.000 kilómetros. ¿Cómo lo ha conseguido?

Los coches eléctricos se han posicionado, sin perjuicio del papel que puede desempeñar el hidrógeno, como el principal referente a sustituir a las mecánicas de combustión interna. Aun así, lo cierto es que todavía hay una serie de desventajas que no hacen viable el uso de esta tecnología para largos trayectos sin incómodas esperas durante la carga. ¿Tienen los paneles solares la solución al respecto? Pese a que algunas teorías apuntan a que los paneles solares no tienen mucho recorrido en el mercado, ya hay modelos de estas características.
En el mercado podemos encontrar el Sono Sion o el Mercedes-Benz VISION EQXX, alternativas que no están pensadas para el gran público. Pese a ello, han demostrado ser unos referentes en lo que se refiere a la obtención de energía eléctrica a través de sus respectivas carrocerías. En el día de hoy queremos mostrarte un proyecto apasionante que han llevado a cabo una serie de estudiantes universitarios. A falta de la confirmación oficial, podrían haber batido el récord de autonomía basándose, exclusivamente, en una movilidad surgida a partir de las placas solares que posee el vehículo a lo largo y ancho de la carrocería.
Veamos, por tanto, cuáles son las características principales de este automóvil futurista que aún está en fase de desarrollo, por qué se trata de una tecnología con un gran potencial por delante y, por supuesto, hasta qué punto nos encontramos ante una innovación que podría cambiar la forma de entender nuestro propio coche. ¿Tendremos que seguir cargando nuestro vehículo en el garaje comunitario o ya no hará falta gracias a la energía solar?
Un proyecto de coche eléctrico con placas solares diferencial en fase de pruebas
De acuerdo con la nota de prensa ofrecida por la Universidad de Nueva Gales del Sur, en Sydney, Australia, unos estudiantes han elaborado un proyecto de investigación que ha logrado, supuestamente, un récord de distancia recorrida muy peculiar. No se ha utilizado energía proveniente de la red eléctrica convencional tras el inicio de la prueba, sino que cualquier extra se ha conseguido gracias la energía obtenida a través de sus paneles solares. Se ha tratado, sin duda alguna, de una demostración del gran potencial que hay tras esta tecnología.
El Sunswift 7, que es como así se denomina, ha completado la distancia recorrido en unas 11 horas, 53 minutos y 32 segundos. Teniendo en cuenta que se han recorrido un total de 1.000 kilómetros, se ha podido establecer una velocidad media de 84,17 km/h. La prueba en cuestión se ha llevado a cabo en las instalaciones del Centro Australiano de Investigación Automotriz (AARC), en Victoria (Australia). Y bien, ¿cuáles han sido las claves para el establecimiento de esta nueva teórica marca? El elemento principal radica en su bajo peso y, sin duda alguna, la tenencia de un coeficiente aerodinámico particularmente bajo.
Para poder tomar en consideración los datos, se ha conseguido establecer un consumo medio de 3,8 kWh/100 km. Un Tesla Model S, por ejemplo, suele tener un consumo que podría rondar los 18-23 kWh/100 km a una velocidad parecida. Esto lo consigue gracias a un coeficiente de penetración en el aire de tan solo 0,095. A ello contribuye, además, la disposición de un peso de tan solo 500 kilogramos, formado, principalmente, por los conjuntos de paneles solares que hay presentes en la carrocería. De hecho, posee una batería de tan solo 38 kWh para no perjudicar el peso.
Se espera que a lo largo de los próximos días se pueda certificar el récord tras la comprobación y análisis por parte de los especialistas. El objetivo es seguir trabajando para poder reducir, todavía más, el tiempo necesario para recorrer la distancia de los 1.000 kilómetros. No será sencillo, ya que dependerá de varias variables, entre las cuales estará, sin duda alguna, la presencia de una mayor o menor intensidad de luz solar y, por supuesto, rachas de viento a favor y en contra.