La importante misión de esta barra de metal en los Jeep de la Segunda Guerra Mundial: evitar perder la cabeza
Instalar un palo delante del vehículo era la solución para evitar decapitaciones en la Segunda Guerra Mundial. ¿Qué ocurría y por qué esta solución fue un éxito?

El ingenio de las personas en momentos de guerra puede alcanzar cotas inimaginables. Más todavía en conflictos de la envergadura de la Segunda Guerra Mundial. El considerado como periodo más crítico del siglo XX, los alemanes, japoneses e italianos se aliaron para formar un eje con ambiciones expansionistas de territorio. Sus ejércitos sembraron el caos durante los primeros años de la contienda, aunque a partir de mediados de la primera mitad de la década de los cuarenta, todo cambió.
Los alemanes principalmente, idearon una estrategia de defensa que consistía, básicamente, en la incorporación de cables metálicos que se situaban a la altura de las cabezas de los soldados a su paso. A partir de ahí y, tras ver cómo era un mecanismo que tenía éxito, se decidió apostar por una solución rudimentaria, pero efectiva. ¿Recuerdas los Jeep Willys que eran usados, sobre todo, por el ejército de los Estados Unidos? Sí, nos estamos refiriendo al mismo que derivó, años más tarde, en la producción del primer Wrangler. Pues bien, he aquí la increíble opción que permitió solventar el problema.
Por qué instalaron una barra de metal en los vehículos militares
Había dos formas de transitar sin peligro en aquellos caminos en los que el ejército alemán había dado marcha atrás. Por un lado, resultaba factible aprovechar los tanques acorazados para llevar a cabo los desplazamientos que iban en avanzadilla. De esta manera, se conseguiría superar cualquier posible obstáculo y trampa. Dentro de estas segundas, se encontraba la instalación del cableado del que te hemos mencionado anteriormente. Es un sistema que funcionaba y que, sin duda alguna, fue utilizado en gran medida.
Ahora bien, ¿y si no había disponibilidad de usar tanques en ese momento y había que transitar por caminos? La ruta, en muchas ocasiones, debía realizarse en motocicleta o, simplemente, a través de vehículos militares descapotables. En estos casos, este sistema resultaba infalible. Gracias al mismo, era posible no caer en la trampa. Es importante precisar que esta técnica de guerrilla acabó con más de un soldado degollado o, simplemente decapitado. Al fin y al cabo, se trataba, en muchas ocasiones, de alambre de espino.
El cortador de alambre solía ser un arma durante la Segunda Guerra Mundial, por lo que la instalación de esta tecnología permitía solventar un problema que ponía en riesgo la integridad de los soldados. Esta especie de antena metálica estaba completamente acoplada al paragolpes delantero del vehículo militar. Es importante tener en cuenta que esta curiosa solución fue instalada, por primera vez, en el año 1915, momento que coincide con el segundo año de la Primera Guerra Mundial. En aquella ocasión, un tractor Killen-Strait de origen británico fue el modelo protagonista.
Esta especie de palo metálico no impedía la visibilidad por parte del conductor y, al mismo tiempo, no lastraba sus aspiraciones dinámicas. Cabe precisar, al mismo tiempo, que el impacto con una alambrada de espino no suponía un peligro para la integridad de los soldados. Al fin y al cabo, la velocidad a la que solían circular estos vehículos no era demasiado alta debido a las limitaciones mecánicas de los Jeep Willys y, por supuesto, la presencia de múltiples obstáculos en la calzada.