Palier del coche roto: qué pasa y cuánto cuesta arreglarlo
El palier o semieje es uno de los componentes más sensibles del sistema de transmisión de cualquier vehículo y clave para su correcto funcionamiento.

Si nuestro coche presenta un ruido fuera de lo normal, una de las causas posibles es que haya daños o una avería en uno de los palieres del vehículo. Este componente, clave en el sistema de transmisión de nuestro vehículo, es susceptible de sufrir problemas por desgaste, por falta de lubricación o incluso porque ha recibido un impacto. Si bien se trata de un elemento que está pensando para resistir la vida útil del vehículo, en ocasiones se producen averías o roturas en el palier que nos obligan a tener que sustituirlo para evitar un susto en carretera.
En caso de haber daños o una avería en el palier, es posible que la grasa que tiene esta pieza se desprenda y quede más expuesto al agua y otras partículas que aceleran su oxidación, lo que al final agrava el daño del componente. Lo que al principio puede ser un ruido y una vibración se puede convertir en una rotura parcial o total del palier, lo que provocará que en ese momento el coche no se apto para la circulación y tengamos que llamar a la grúa para que nos asistan.
- Qué es y cuál es la función del palier
- Los tipos de palier
- Averías en el palier y cómo detectarlas
- Sustitución del palier
- Cuánto cuesta sustituir un palier
Qué es y cuál es la función del palier
El palier es una pieza que forma parte del sistema de transmisión del coche y que está ubicado en la zona de las ruedas delanteras o traseras, dependiendo del tipo de tracción del vehículo. En cualquier caso, este componente tiene por función transmitir la energía generada por el motor hacia las ruedas para que el coche pueda moverse. En resumidas cuentas, el palier es la pieza encargada de transmitir el giro del motor, previo paso por la caja de cambios y la transmisión, hasta las ruedas, haciendo que estas se muevan y el coche pueda avanzar.
Los palieres del coche parten del diferencial, componente que está en el eje motriz del coche, ya sea de tracción delantera, trasera o total y son unas barras articuladas que conectan con las ruedas gracias a las juntas homocinéticas, que son las que se encargan de transmitir el giro a las ruedas, aunque el palier no esté alineado con el propio eje de la rueda. Esto es posible gracia a los fuelles de transmisión, ya que protegen el sistema de polvo y suciedad y mantienen dentro la grasa necesaria para que el sistema funcione correctamente y no haya un desgaste prematuro.
Partes del palier
Como ya os hemos adelantado, el palier cuenta con una serie de piezas complementarias que permiten su correcto funcionamiento. Aunque de manera coloquial se llama palier al conjunto de estos componentes, estrictamente el palier es la barra metálica recta que lleva consigo el giro del motor a la rueda. En los extremos del palier están las juntas homocinéticas, que son los componentes encargados de unir la barra con la rueda y con el diferencial a modo de 'pegamento'. Por ende, cada palier tiene dos juntas homocinéticas, una por cada lado.
Estos componentes están cubiertos por los denominados guardapolvos o fuelles, que no son más que un recubrimiento de goma con forma de acordeón que cubren las juntas con el fin de protegerlas, además de encargarse de su lubricación. Sirven para que haya la menor fricción posible durante la transmisión. Por último están las abrazaderas, elementos que fijan los guardapolvos al palier de forma rígida. No debe existir holgura para evitar que pueda entrar suciedad desde el exterior y se produzca una avería en el sistema.

El palier es la pieza encargada de transmitir el giro desde el diferencial hasta las ruedas.
Los tipos de palier
Hay distintos tipos de palier, cada uno con sus peculiaridades, pero todos cumplen en esencia el mismo cometido. Los primeros son los palieres o semiejes sin articulación, presentes en los ejes rígidos motrices. Se conectan con la prolongación del diferencial mediante estrías por un lado y por el otro con la rueda. En los vehículos con tracción delantera aparecen los palieres con articulación, si bien también los tienen los coches de tracción trasera si tienen suspensión independiente o eje de Dion. En este caso el transeje va fijado al chasis, por lo que el palier necesita una articulación en cada uno de sus extremos -la llamada junta homocinética-.
Por último, están los palieres asociados a los sistemas de suspensión independiente, como son los tipo McPherson, con triángulos superpuestos o 'multilink'. En los vehículos que cuentan con este sistema moderno de suspensión se requiere la utilización de palieres con juntas en la unión con el diferencial y que en la actualidad se consigue también con juntas homocinéticas. En este caso el palier también se mueve de forma vertical y actual como brazo de la suspensión, siendo superiores en el caso de los triángulos superpuestos o inferiores en los sistemas McPherson.
Averías en el palier y cómo detectarlas
Entre las averías más comunes del palier es que este se pueda doblar si la pieza recibe el golpe de una piedra u objeto similar. En este caso se producen unas vibraciones incómodas, sobre todo al arrancar y cuando se acelera. Si no se soluciona los daños pueden afectar a las juntas homocinéticas e incluso en el peor de los casos al diferencial por el exceso de vibraciones. Por este tipo de avería o por otras causas se puede producir un desgaste anómalo de las juntas homocinéticas, lo que se traduce en un traqueteo cuando se gira el volante a baja velocidad.
Otra posibilidad es que se produzca cierta holgura en el palier, lo que se traduce en un sonido metálico al acelerar o frenar, ya que el palier se mueve sobre el eje. En estos casos conviene sustituirlo. Por último, el caso más extremo es la rotura total del palier. En ese caso se oye un fuerte ruido y como el giro no se transmite a la rueda, el coche te dejará tirado. De hecho, en coches sin ESP pero con diferencial autoblocante, ya que toda la potencia del motor pasará a la rueda con el palier en buen estado, haciendo que perdamos la estabilidad del vehículo.

El coste de sustituir un palier oscila entre los 150 y los 600 euros según el tipo de semieje del que estemos hablando.
Sustitución del palier
Si uno de los semiejes de nuestro vehículo sufre algún tipo de daño o avería por las causas que ya hemos descrito, se recomienda la sustitución del mismo. Al tratarse de una de las piezas más importantes del sistema de transmisión y dirección del vehículo, que se encarga como ya hemos dicho de trasmitir el giro a las ruedas, es importante que esta operación la lleve a cabo un profesional. Entre otras cosas porque de no hacer el reemplazo de una forma correcta se puede llegar a producir cierta asimetría entre el giro de las ruedas delanteras del coche, lo que supone un grave problema.
Además, la sustitución de un palier requiere una serie de herramientas específicas que no es habitual tener en nuestros domicilios. A esto hay que sumar que el proceso requiere tener una serie de conocimientos mecánicos. El proceso implica bloquear las ruedas con unas cuñas, aflojar la sujeción que une el palier con el cubo de la rueda, desconectar la junta homocinética del cubo -lo que implica desconectar componentes de la suspensión o incluso retirarlos-, retirar el pasador de bloqueo y separar el palier y realizar el proceso inverso una vez que se instala el nuevo palier.
Cuánto cuesta sustituir un palier
El coste de sustitución de un palier varía notablemente dependiendo del tipo de vehículo, marca y modelo, así como del tipo de semieje del que estemos hablando. El precio aproximado de un palier nuevo oscila entre los 100 y 400 euros según su especificación, mientras que la mano de obra se mueve entre los 50 y 200 euros, ya que la sustitución de este componente no es demasiado compleja y la mano de obra puede limitarse a una o dos horas de trabajo como máximo. En total, el precio final de la operación se encuentra entre los 150 y 600 euros.
Si bien hay que tener en cuenta que en algunos casos el palier puede ser reparado en lugar de reemplazado, lo que reduce significativamente el coste final, en la mayoría de los casos se recomienda la sustitución de este componente por su importancia dentro del sistema de dirección. Aunque se trata de una pieza diseñada para resistir el ciclo de vida del vehículo, a partir de los 100.000 ó 150.000 kilómetros empieza a acumular cierto desgaste, por lo que ante cualquier problema la mejor opción es reemplazar este componente.