Qué son los frenos antibloqueo (ABS) y cómo funcionan

El sistema ABS está presente en casi todos los vehículos, pero mucha gente no tiene claro qué es y cómo funciona. Vamos a intentar arrojar algo de luz al respecto.

Qué son los frenos antibloqueo (ABS) y cómo funcionan
El ABS es un dispositivo que varía la fuerza de frenado para optimizar el agarre del neumático al asfalto en el momento en el que se activa el pedal del freno.
Publicado en Motor

Los vehículos están cargados de tecnología que nos facilita la conducción. Sistemas de ayuda pasivos y activos que mejoran la experiencia al volante y hacen que sea más seguro ponerse al volante. Entre estos sistemas encontramos el 'Anti-lock Braking System', conocido de manera habitual como ABS. Siglas que ya forman parte del imaginario colectivo cuando se habla del equipamiento de un vehículo, pero que no todo el mundo tiene claro qué significan. Tampoco la función de esta tecnología.

Una cuestión que vamos a intentar corregir, puesto que el ABS está presente de serie en casi 8 de cada 10 vehículos que se fabrican en la actualidad en todo el mundo. De hecho, las marcas de automóviles con producción en Europa deben incorporar esta tecnología de serie en todos sus vehículos, puesto que desde 2004 la Unión Europea fijó la obligatoriedad de que el ABS fuera parte del equipamiento tecnológico de serie de cualquier coche que fuera a circular por los Estados miembro.

Qué es exactamente el ABS

Las siglas ABS corresponden, como decíamos, a la tecnología 'Anti-lock Braking System', que en español podría traducirse como Sistema Antibloqueo de Frenos. Como su nombre indica, se trata de una tecnología que evita que los frenos y los neumáticos se bloqueen cuando se activa el pedal del freno y, por ende, el vehículo pierda agarre. Es una tecnología con más de 50 años de historia, ya que el primer sistema ABS equipado en un coche data de 1978. Desde entonces, el uso se del ABS se ha optimizado para ayudar a otros sistemas electrónicos.

De hecho, el ABS es parte necesaria de tecnologías mucho más modernas como el control de tracción o el control de estabilidad, sistemas que al final operan sobre distintos parámetros del coche (también la frenada) para hacer que la conducción sea más confortable. Aun así, la misión principal del ABS es evitar que los frenos y los neumáticos se bloqueen cuando se frena de manera intensa, permitiendo así la maniobrabilidad del vehículo durante toda la frenada.

Componentes de un sistema ABS

Aunque los Sistemas Antibloqueo de Frenos presentan pequeñas diferencias según la marca o fabricante que los suministra, en líneas generales los ABS tienen siete componentes. Estos son los sensores de velocidad, la unidad electrónica de control, las válvulas moduladoras de presión, el cilindro de diafragma, la válvula de pedal de freno, el tanque de aire comprimido y las ruedas dentadas, componentes que están intercomunicados entre sí y permiten que el ABS cumpla su función cuando se activa el pedal del freno.

Así es el módulo del ABS incrustrado en la mecánica de un vehículo convencional.

Así es el módulo del ABS incrustrado en la mecánica de un vehículo convencional.

Así funciona el ABS en nuestro coche

El ABS funciona de manera conjunta con el sistema de frenado. Si los sensores de velocidad que están presentes en cada una de las ruedas de vehículo detectan una velocidad de giro que no es la apropiada y hay riesgo de bloqueo del neumático por la activación del pedal del freno, el sistema se activa de manera automática. El Módulo de Control del sistema ABS reduce de forma autónoma la presión realizada sobre los frenos gracias a la acción de los componentes citados, sin la intervención del conductor.

Esta acción de ABS permite que las ruedas no se bloqueen y que el conductor mantenga en todo momento la maniobrabilidad del vehículo, algo de vital importancia en frenadas bruscas y, sobre todo, en maniobras de esquiva o en frenadas de emergencia. Algo que dicho así puede parecer sencillo, pero que supone una continua revisión de la velocidad de giro de las ruedas y de la presión del freno. De hecho, el ABS actúa entre 50 y 100 veces por segundo para corregir esta circunstancia y controlar el giro de las ruedas.

La acción del ABS, aun siendo automática, es palpable por parte del conductor, ya que se sentirá una vibración en el pedal del freno mientras el sistema trabaja en normalizar el giro de las ruedas en consonancia con la frenada que se está realizando. Si el ABS no funciona o no lo hace correctamente, los neumáticos pasarán a estar bloqueados y el vehículo será totalmente incontrolable, lo que suele ser sinónimo de accidente.

Uso óptimo del ABS

A pesar de las bondades del ABS y de la utilidad que tiene esta tecnología, no siempre el uso del ABS es adecuado. De hecho, se recomienda que en situaciones de muy poca adherencia el sistema ABS se desactive. En condiciones muy concretas, como puede ser la conducción sobre grava o nieve, donde el bloqueo de las ruedas es habitual, el ABS va a realizar un sobreesfuerzo para evitar esta circunstancia, alargando de manera notable la distancia de frenado, lo que también puede llegar a ser contraproducente.

Es la misma circunstancia que se produce cuando hay aquaplaning, ya que el vehículo no está en contacto real con una superficie adherente y sí con el agua, por lo que el ABS no logrará cumplir su función de manera correcta y el bloqueo de las ruedas se producirá igualmente. Por eso, en determinadas circunstancias el ABS no supone una ayuda, ya que si el neumático se bloquea es posible que desplace la grava, nieve o agua hasta encontrar una superficie más adherente que sí permita el frenado.

El ABS, como el resto de los sistemas del coche, necesita un correcto mantenimiento.

El ABS, como el resto de los sistemas del coche, necesita un correcto mantenimiento.

Mantenimiento del sistema ABS

Como cualquier otro sistema y tecnología de un vehículo, el Sistema Antibloqueo de Frenos requiere un correcto mantenimiento para su perfecto funcionamiento. En este sentido, como el ABS funciona de forma conjunta con el sistema de frenado, también hay que cuidar este aspecto. Para que el ABS funcione perfectamente hay que revisar el sistema de frenos del vehículo, cambiando el líquido de frenos según las indicaciones del fabricante del coche. También hay que vigilar el estado de las pinzas y pastillas de freno.

En lo que respecta al propio sistema ABS, lo cierto es que el mantenimiento casi pasa por comprobar que todo funciona correctamente. En este sentido, los vehículos suelen tener un testigo en el salpicadero que nos avisa cuando algún componente del ABS no funciona de una forma correcta. Lo cierto es que, por su desarrollo y longevidad, los sistemas ABS suelen mostrar una gran fiabilidad y es difícil que se estropeen sus componentes, aunque se puede llegar a dar el caso.

Cuánto cuesta el ABS del coche

En el caso poco frecuente de que alguno de los componentes del ABS falle, hay que proceder al cambio del sistema al completo. Salvo fallos puntuales por burbujas en el líquido de frenos o por un exceso de suciedad en los sensores y sus cables, que sí se pueden corregir de manera concreta, un problema en el ABS suele ser sinónimo de tener que cambiar todo el Sistema Antibloqueo de Frenos o, al menos, gran parte del mismo.

En este sentido cabe destacar que el sistema ABS al completo tiene un precio de entre 100 y 200 euros según la marca del vehículo y el taller al que se acuda para su sustitución. Por su parte, los sensores de las ruedas tienen un coste de unos 20 o 30 euros, en ambos casos sin tener en cuenta la mano de obra por su sustitución. Dependiendo del tipo de avería habrá que proceder al cambio de ambos elementos o sólo de uno de ellos.

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