Qué es una superautopista eléctrica y por qué tendrá sentido en los próximos años
La superautopista de Queensland ofrecerá electricidad gratis a los coches eléctricos que circulen por ella. ¿Por qué ha tomado estas medidas el Gobierno australiano? Todo tiene una sencilla explicación.
El coche eléctrico ya ha demostrado, en muchas ocasiones, cómo es capaz de adaptarse a las condiciones del medio urbano. En ciudad, indiscutiblemente, es más eficiente que el vehículo de motorización tradicional. Ahora bien, ¿qué ocurre en carretera?
El problema más importante de la conducción eléctrica pasa por su desempeño en carretera. La gran mayoría de ellos poseen límites de velocidad máxima inferiores a los 200 km/h, cuando sus homólogos en gasolina o diésel superan dicha barrera con facilidad.
La conducción por carretera a los mandos de un eléctrico se hace más difícil si hay que cubrir largas distancias. Sin embargo, esto se solucionaría disponiendo muchos cargadores de alta intensidad cada cierta cantidad de kilómetros. Ahora bien, ¿por qué no es viable?
No podemos comparar las estaciones de servicio con las electrolineras. A día de hoy, un coche eléctrico necesita una media hora para cargar el 80% de sus baterías en modo de carga rápida. Aun así, ¿es suficiente? Lo cierto es que no.
No es nada eficiente teniendo en cuenta la afluencia de coches que hay en la mayoría de las autovías. Entonces, ¿cómo solucionar este inconveniente? Ahora es cuando cobra sentido la llamada superautopista eléctrica. ¿En qué consiste? Lo vemos con detalle.
Australia, un modelo a seguir para conectar poblaciones
El país oceánico es uno de los que más ha invertido en la movilidad alternativa con el objetivo de reducir su exposición al petróleo.
Por ello, a modo de dar soporte a la conducción eléctrica, ha dispuesto una serie de cargadores eléctricos de alta potencia por toda la costa de Queensland, tal y como informa ielektro. Se ha convertido en la autopista con la mejor infraestructura eléctrica del mundo.
En el Estado de Queensland hay una autopista que da soporte a los coches eléctricos. <a href="http://www.qore.com" rel="nofollow" target="_BLANK">QORE</a>
Durante todo el tramo que conecta la costa de Queensland mencionada, de unos 1.600 kilómetros de distancia, se colocarán electrolineras gratuitas cada pocos kilómetros. De esta forma, la autonomía que disponen los automóviles eléctricos podrán realizar varias paradas para completar el recorrido.
De hecho, hace unas semanas, el Ministro de Medio Ambiente de Queensland, Steven Miles, decía lo siguiente en unas declaraciones hechas públicas tras comenzar las obras de instalación y adecuación:
Un vehículo eléctrico podrá ir desde la frontera sur del Estado hasta el lejano norte y sin coste alguno en la fase inicial de la superautopista.
Sin embargo, esto no es lo más llamativo de esta curiosa medida tomada a cabo por la Administración Central. Al parecer, tal y como desvela Corriente Eléctrica, el acceso a estas postas para recargar los coches eléctricos será gratis desde su apertura, la cual se prevé en las próximas semanas.
Ahora bien, ¿han acertado con esta política? Como todo, posee su lado positivo y negativo. Parece difícil que pueda ser mejor desde el punto de vista más ecofriendly, pero... ¿Y si lo miramos desde alguien que no disponga de un coche alternativo?
Una medida ecológica, pero plagada de polémicas entre la población
Australia es un país que dispone de una población muy deslocalizada. Esto quiere decir que hay que recorrer largas distancias para llegar hasta el próximo destino habitado.
Haciendo un rápido análisis, los últimos estudios defienden que existe una población, con fecha de 2013, de unos 4,69 millones de personas. Si a ellos aplicamos que en todo el territorio hay unos 1.000 coches eléctricos, el ratio es, como podrás imaginar, irrisorio.
Por este motivo, muchos habitantes del Estado de Queensland han mostrado su rechazo a la medida lanzada desde el organismo público. Ahora bien, ¿no se supone que es una medida para el largo plazo?
El diésel y la gasolina seguirán predominando el mercado, pero las compañías, movidas por lo que ocurrirá en los próximos años, cada vez ofrecerán más modelos alternativos y menos de aquellos que cuenten con mecánicas tradicionales. Esto es, por tanto, una política llevada a cabo con miras a futuro.
Lo que hemos comprobado en el último lustro ha servido de base para anticipar que en los próximos años lo eléctrico será la tecnología del futuro. Aún es pronto para poner la mano en el fuego por ello, pero si se mantiene esta tónica, los fabricantes dejarán de comercializar motorizaciones tradicionales en poco más de una década.
Un buen ejemplo de ello es Volvo o Jaguar, que ya han anticipado que solamente producirán modelos con motorizaciones híbridas o eléctricas en los primeros años de la década que viene. Así pues, ¿cómo no ver con buenos ojos, por tanto, esta medida?
Al fin y al cabo, esta decisión solo trata de ofrecer un servicio que va más allá de lo que existe. No penalizará la circulación de coches con tecnología basada en los motores de combustión. Así pues, solamente proporcionará más valor a la movilidad australiana. ¿Qué problema podría haber, pues?