Adiós a la IA con el que Elon Musk quería conquistar la conducción autónoma
El proyecto Dojo ha sido cancelado.

El ambicioso proyecto Dojo de Tesla ha llegado a su fin. Lo que Elon Musk llevaba vendiendo desde 2019 como el superordenador definitivo para entrenar la inteligencia artificial de sus coches, ha sido oficialmente desmantelado, según ha informado Bloomberg. Y no es un cambio menor: esto supone un giro importante en la estrategia de Tesla, justo cuando más estaba apostando por posicionarse como una empresa de IA y robótica, más allá de los coches.
La ambición era enorme
Dojo era, en palabras de Musk, “la piedra angular” de la visión de Tesla para lograr una conducción 100% autónoma. Se trataba de un superordenador propio, diseñado específicamente para procesar cantidades enormes de datos de vídeo recogidos por la flota de vehículos Tesla en circulación. La idea era que, con tanto material y tanta potencia de cálculo, el sistema de IA de Tesla podría aprender a conducir mejor que un humano.
El proyecto tenía una doble ambición: por un lado, el desarrollo de Dojo como superordenador, y por otro, la fabricación de chips propios, como el D1 que presentaron en su primer AI Day en 2021, y el planeado D2, que prometía superar los cuellos de botella de la primera generación.
Incluso Morgan Stanley llegó a estimar en 2023 que Dojo podría subir 500.000 millones de dólares al valor de mercado de Tesla, desbloqueando nuevas vías de negocio como los robotaxis y los servicios basados en software. En ese momento, Musk afirmaba que el equipo de IA de Tesla iba a “apostar fuerte” por Dojo.
Tesla ha optado por volver a apoyarse en gigantes tecnológicos externos como Nvidia, AMD y Samsung. De hecho, acaba de firmar un acuerdo de 16.500 millones de dólares con Samsung para fabricar sus nuevos chips de inferencia AI6, que servirán tanto para FSD (conducción autónoma), como para el robot humanoide Optimus, e incluso para el entrenamiento de IA a gran escala.
Durante la última llamada de resultados del segundo trimestre, Musk ya dejó entrever que podía haber redundancias entre los planes de Dojo y el chip AI6. “Pensando en Dojo 3 y en el chip AI6, intuitivamente queremos converger hacia un único chip que sirva para todo”, dijo.
Abandonar Dojo implica admitir que construir un superordenador y diseñar chips propios no es tarea fácil, ni barata. Y que, quizás, apoyarse en proveedores externos como Nvidia sea una estrategia más eficiente (al menos a corto plazo) para seguir avanzando en sus objetivos de IA.