Así funciona OpenArt, la startup que nos ha llenado todo de brain rot

Así funciona OpenArt, la startup que nos ha llenado todo de brain rot
Publicado en Tecnología
Por por Alex Verdía

En internet hay modas que aparecen de la nada, arrasan entre los más jóvenes y, cuando quieres darte cuenta, están en todas partes. La última sensación son los llamados vídeos “brain rot” generados por inteligencia artificial: piezas cortas, caóticas y surrealistas en las que cualquier cosa es posible. Un tiburón con zapatillas, una bailarina con una taza de cappuccino en la cabeza... el límite lo marca únicamente la imaginación (y, a veces, la legalidad).

Detrás de parte de esta fiebre se encuentra OpenArt, una startup creada en 2022 por dos exingenieros de Google que ya presume de tener 3 millones de usuarios activos al mes. Su nuevo juguete, llamado One-Click Story, está en beta abierta y promete democratizar aún más la creación de vídeos con IA.

La propuesta es sencilla pero potente: introduces una frase, un guion o incluso una canción y, con un solo clic, obtienes un vídeo de un minuto con una historia completa. Puede ser algo gracioso para TikTok, un vídeo explicativo para YouTube o incluso un videoclip.

La herramienta no solo genera el vídeo final, sino que permite editar cada clip en un modo storyboard. Así puedes ajustar los prompts y afinar el resultado. Además, integra más de 50 modelos de IA (DALL·E 3, GPT, Imagen, Stable Diffusion, Flux Kontext, etc.) para que cada creador use el que más le guste.

La consistencia fue lo que los hizo destacar

Uno de los puntos fuertes que OpenArt vende como diferenciador es su consistencia de personajes. Es decir, que si creas un protagonista para tu vídeo, este se mantiene igual a lo largo de toda la historia, evitando el efecto caótico de otros modelos que cambian rasgos de un clip a otro.

OpenArt no piensa quedarse quieta. Entre sus planes está permitir vídeos con conversaciones entre dos personajes distintos y lanzar una aplicación móvil para hacer todo desde el teléfono.

Su CEO, Coco Mao, insiste en que el objetivo es bajar aún más la barrera de entrada para convertirse en creador de contenido con IA. Y viendo cómo está el panorama, parece que lo están consiguiendo… aunque con la sombra del copyright siempre presente.

Los vídeos AI “brain rot” de OpenArt representan lo mejor y lo peor de la inteligencia artificial generativa. Por un lado, multiplican las posibilidades creativas y permiten a cualquiera producir contenido atractivo y viral. Por otro, plantean serios retos éticos y legales que, si no se abordan, podrían acabar limitando o frenando su uso. En definitiva: OpenArt ha abierto una puerta enorme a la creatividad instantánea, pero no sería mala idea mirar bien qué hay al otro lado antes de atravesarla.

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