Los sensores que se comen ya están entre nosotros

Una cápsula comestible es capaz de enviar información en tiempo real desde dentro de nuestro organismo.

Los sensores que se comen ya están entre nosotros
Este es el aspecto del sensor. Science Daily

Los avances en medicina están siendo cada vez más evidentes, sobre todo cuando la tecnología entra en juego. Nosotros, las personas que no entendemos ni estamos dentro de este mundo, conocemos lo que los medios de comunicación publican, pero imagino que la realidad en la innovación en la ciencia médica será aún mucho más espectacular. Además, estamos en un terreno que necesita de la investigación para ir haciendo frente a la multitud de enfermedades y dolencias que nuestra especie lleva siglos soportando. Hoy, en este artículo, creo que vamos a dar un paso más en la lucha contra la detección prematura de enfermedades. ¿Nos acompañas?

Píldoras comestibles

En el caso que nos ocupa, investigadores del conocido MIT, ha logrado utilizar una cápsula que contenía tanto bacterias modificadas genéticamente, como un pequeño dispositivo en su interior que permitía transmitir datos inalámbricamente. Gracias a la información que ha aparecido recientemente en la prestigiosa revista Science, conocemos que el equipo de investigación ha podido acceder a información de manera casi inmediata, sin necesidad de cirugías de ningún tipo.

La detección de enfermedades podría ser casi instantánea

La llamada monitorización biomolecular es la técnica que se ha utilizado. En este caso el experimento ha necesitado de la presencia de un cerdo como sujeto de pruebas. La misión del equipo consistía en analizar el tracto intestinal en busca de posibles enfermedades. A través del denominado IMBED, ingestible micro-bio-electronic device o lo que traducido al castellano sería dispositivo micro-bio-electrónico digerible, se ha podido detectar en el animal un sangrado en su aparato digestivo, con lo que podemos comprobar el éxito de este primer experimento.

El profesor Timothy Lu, perteneciente al área de ingeniería eléctrica y ciencias de la computación, ha declarado al medio de comunicación online Science Daily:

Combinando los sensores biológicos de ingeniería junto con dispositivos electrónicos inalámbricos de baja potencia, podemos detectar señales biológicas en el cuerpo y casi a tiempo real, posibilitando nuevas capacidades de diagnóstico en aplicación para la salud humana.

Tecnología en el cuerpo

La verdad es que leyendo este titular, parecería que acabamos de entrar en la era de los cyborg, cosa que es una realidad hoy en día. Si quieres leer un artículo acerca de los seres humanos que ya se encuentran conectados a distintas máquinas, puedes consultarlo en este enlace de Urban Tecno. Pero sin desviarnos del tema que nos toca, y gracias a la información que hemos obtenido del medio digital Wired, sabemos que la experimentación no se va a detener aquí.

Hacer la cápsula más pequeña es una de las próximas metas

Uno de los principales objetivos, como en la mayoría de asuntos que conciernen a la medicina, consiste en intentar disminuir el tamaño del dispositivo, en concreto a una tercera parte del tamaño actual. ¿Cómo podrían conseguirlo? De momento, la idea principal consistiría en ubicar todos los componentes en un único chip y disminuir, también, el tamaño de la batería. Incluso se podría pensar en eliminarla y utilizar en su lugar una célula voltaica que se alimente, aunque suene bastante mal, de los jugos gástricos que se localizan en el estómago.

Los sensores que se comen ya están entre nosotros

Las cápsulas son un prodigio de la tecnología y la ciencia. <a href="https://newatlas.com/" rel="nofollow" target="_BLANK">New Atlas</a>

El funcionamiento del dispositivo es complicado de explicar, pero intentaré, para acabar, resumirlo de la mejor manera posible. En el interior de la cápsula, según la información que hemos obtenido del medio de comunicación New Atlas, se encuentra una cepa modificada de la bacteria E.Coli. La misma responderá ante la presencia del denominado heme, un compuesto que se encuentra en los glóbulos rojos y que suele ser indicador de hemorragia. La respuesta es una luz que, dependiendo de la intensidad, será transmitida a un receptor externo.

¿El futuro podría depararnos cápsulas de este tipo?

Parece ser que en medicina y en la ciencia, si algo puede ser imaginado, seguramente exista la persona capaz de llevarlo a cabo. El día que pastillas o cápsulas de este tipo sean de uso común, alguien recordará un artículo que leyó en el antiguo internet y que llevaba por título Los sensores que se comen ya están entre nosotros.

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