Carga completa en 20 segundos: las nuevas baterías de aluminio son increíbles, pero hay un problema
El futuro de la autonomía en los productos electrónicos podría pasar por este material.

Existen mil y un proyectos de baterías para la tecnología del futuro. Nosotros, desde Urban Tecno, ya te hemos hablado de las ventajas de las baterías flexibles, de las denominadas como baterías hibernantes y de aquellas que se cargan con la humedad del aire. Recientemente, gracias al artículo publicado en el prestigioso medio digital Nature, hemos conocido el siguiente paso en los materiales para fabricar este tipo de componentes: el aluminio.
Pon aluminio en tu vida si quieres una autonomía digna del siglo XXI
El artículo, cuyo autor principal es Quanquan Pang, investigador de la Universidad de Pekín, introduce en la ecuación baterías de sulfuro de aluminio, que tendrían un coste mucho más reducido que las que se utilizan en la actualidad, cuyo tamaño sería competitivo en el mercado y con una mayor capacidad de almacenamiento, pudiéndose cargar, además, en 20 segundos de manera completa. Entonces, ¿cuál es el principal escollo a salvar? Que este nuevo tipo de baterías necesita acercarse al punto de ebullición del agua, que se sitúa alrededor de lo 90ºC.
Una de las claves de esta nueva investigación se centra en la fabricación de los electrodos de aluminio, algo que ha sido resuelto debido a que la química no tiene nada que ver en este aspecto. A pesar de que el metal se deposita de manera desigual en los electrodos, la utilización de sal fundida permite que los iones de aluminio puedan moverse rápidamente entre los electrodos. Eso sí, el cloruro de aluminio únicamente se disuelve a 192ºC, con lo que es necesario añadir un poco de cloruro de sodio y cloruro de potasio para rebajar la temperatura hasta esos 90ºC.
Sin entrar en más detalles técnicos, el problema reside en calentar dichas baterías, a la vez que se busca enfriar el resto del dispositivo que las utilice. Además, si existe algún tipo de filtración de agua, se podría producir ácido sulfhídrico, que es tan inflamable como venenoso. Viendo el lado positivo, estas baterías serían mucho más baratas de producir, de hecho los investigadores utilizaron papel de aluminio comprado en el supermercado, observando que funcionaba perfectamente como electrodo. Además, parece que estas baterías serían mucho más sencillas de reciclar al final de su vida útil.