Claude para Chrome: Anthropic se lanza a la guerra de los navegadores con IA

Aunque la seguridad está en entredicho: los riesgos de dar poder a una IA dentro del navegador

Claude para Chrome: Anthropic se lanza a la guerra de los navegadores con IA
Publicado en Tecnología
Por por Alex Verdía

La carrera por dominar la inteligencia artificial ya no se libra solo en los servidores o en las apps de chat: el nuevo campo de batalla es el navegador web. Anthropic, la empresa detrás de Claude, acaba de anunciar el lanzamiento en fase de prueba de Claude for Chrome, un agente de IA integrado directamente en el navegador de Google.

De momento, la novedad solo está disponible para 1.000 suscriptores del plan Max, que cuesta entre 100 y 200 dólares al mes, aunque la compañía ya ha abierto una lista de espera para ampliar el acceso. La idea es clara: permitir a los usuarios chatear con Claude en una ventana lateral mientras navegan, con la posibilidad de darle permisos para realizar tareas automáticamente en la propia web.

Hasta ahora, interactuar con la IA implicaba saltar a otra aplicación o pestaña. Con esta integración, Anthropic busca hacer a Claude parte del flujo natural de navegación, sin interrupciones. Puedes pedirle que resuma un artículo, que complete un formulario o que te ayude a organizar tareas online, todo sin salir de la página en la que estás.

Pero Anthropic no está sola. Perplexity acaba de lanzar Comet, su propio navegador con agente de IA incorporado, y OpenAI prepara el suyo, según rumores. Mientras tanto, Google ha ido añadiendo poco a poco funciones de Gemini en Chrome, consciente de que no puede quedarse atrás en su propio terreno.

El interés no es casual: el navegador es la puerta de entrada a internet para miles de millones de personas. Controlar esa puerta significa controlar cómo interactuamos con la información, con las compras y con las redes sociales. No es poca cosa.

Entre pruebas y errores

Con gran poder, vienen grandes problemas. Y los navegadores con IA integrada no son una excepción. Uno de los peligros más mencionados es el de los ataques de inyección indirecta de prompts: básicamente, páginas web que incluyen instrucciones ocultas capaces de engañar al agente de IA para que ejecute órdenes maliciosas.

La semana pasada, el equipo de seguridad de Brave advirtió de que el navegador Comet de Perplexity era vulnerable a este tipo de ataques, aunque la empresa asegura que ya ha solucionado el fallo.

Anthropic, consciente del riesgo, dice que ha aplicado varias defensas en Claude for Chrome. Según sus pruebas, la tasa de éxito de este tipo de ataques se redujo del 23,6% al 11,2%. Además, el agente no puede acceder por defecto a webs de banca, contenido adulto o piratería. También pide permiso expreso antes de realizar acciones de alto riesgo, como publicar en redes, hacer compras o compartir datos personales y permite que los usuarios limiten manualmente a qué páginas puede acceder.

La compañía insiste en que este lanzamiento es una “vista previa de investigación”, precisamente para detectar fallos antes de un despliegue masivo. Y es que esta no es la primera vez que Anthropic experimenta con agentes capaces de actuar en lugar del usuario. En octubre de 2024 presentó un sistema que permitía a Claude controlar directamente el PC. El problema es que resultó ser lento y poco fiable, por lo que quedó en una fase muy experimental.

En el último año, sin embargo, las cosas han cambiado mucho. Herramientas como Comet o los ChatGPT Agents han demostrado que ya pueden encargarse de tareas sencillas de forma bastante consistente: desde rellenar formularios hasta reservar citas online. Eso sí, todavía patinan con problemas más complejos, como procesos largos con múltiples pasos o tareas que requieren razonamiento avanzado.

Con este movimiento, Anthropic se suma de lleno a una tendencia imparable: los navegadores convertidos en asistentes inteligentes. Si Google, OpenAI y Perplexity también pisan el acelerador, es cuestión de tiempo que la navegación “a pelo” nos parezca cosa del pasado. Pero con cada paso se reabre la misma disyuntiva: comodidad y productividad a cambio de más riesgos y menos control. El reto para Anthropic y compañía será demostrar que pueden ofrecer la primera sin hacernos pagar demasiado por la segunda.

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