Corea del Sur invierte 390 millones en su IA para competir con OpenAI y Google

La estrategia busca reducir la dependencia de tecnologías extranjeras y reforzar la seguridad nacional

Corea del Sur invierte 390 millones en su IA para competir con OpenAI y Google
Publicado en Tecnología
Por por Alex Verdía

La inteligencia artificial se ha convertido en un terreno de competencia estratégica a nivel global, y Corea del Sur no quiere quedarse atrás. Con un presupuesto público de 530.000 millones de wones (unos 390 millones de dólares), el gobierno ha lanzado su iniciativa de IA soberana más ambiciosa hasta la fecha, confiando en cinco compañías locales para desarrollar grandes modelos de lenguaje adaptados a la cultura y el idioma coreano. El objetivo es claro: reducir la dependencia tecnológica del extranjero, reforzar la seguridad nacional y mantener el control sobre los datos en plena era de la IA.

Una apuesta soberana con cinco protagonistas

El Ministerio de Ciencia y TIC seleccionó a LG AI Research, SK Telecom, Naver Cloud, NC AI y la startup Upstage como la primera cohorte del programa. Cada seis meses, se evaluará su progreso y las compañías menos competitivas quedarán fuera de la financiación, hasta que solo dos lideren el esfuerzo nacional. Se trata de un modelo competitivo que busca acelerar resultados tangibles y asegurar que los recursos públicos se concentran en los actores más prometedores.

Cada participante aporta un enfoque distinto a la carrera. LG AI Research trabaja con su modelo Exaone 4.0, que combina procesamiento de lenguaje y razonamiento avanzado con acceso privilegiado a datos industriales de sectores clave como la biotecnología o la fabricación avanzada. Su estrategia no es alcanzar la escala de gigantes como OpenAI o Google, sino optimizar la eficiencia y crear modelos especializados que aporten valor real.

Por su parte, SK Telecom apuesta por el modelo A.X 4.0, construido sobre la tecnología abierta de Alibaba. Con versiones de 72.000 y 7.000 millones de parámetros, el sistema procesa coreano un 33 % mejor que GPT-4o, según la compañía. SKT ya cuenta con 10 millones de usuarios en su servicio de agente personal A-dot, y refuerza su estrategia con infraestructura propia y alianzas con AWS, universidades y el fabricante local de chips Rebellions. Su ventaja está en combinar la IA con su red de telecomunicaciones para llevarla a ámbitos como movilidad, atención al cliente o manufactura.

Naver Cloud, líder del internet surcoreano, ofrece el modelo HyperCLOVA X, acompañado de servicios derivados como el chatbot CLOVA X y el buscador Cue, que compite directamente con Bing o Google. Naver presume de tener un “full stack de IA”, desde centros de datos hasta aplicaciones para el usuario final, integrando su tecnología en servicios cotidianos como compras online, mapas o finanzas. Su baza es el acceso a datos reales de consumo y la capacidad de construir una pila tecnológica completa sin depender de terceros.

El caso más singular es el de Upstage, la única startup del grupo. Su modelo Solar Pro 2, con 31.000 millones de parámetros, ha sido reconocido internacionalmente como modelo “frontera” por su rendimiento en benchmarks coreanos, superando incluso a gigantes globales en tareas de lenguaje local. Su plan pasa por ofrecer soluciones sectoriales en áreas críticas como derecho, medicina y finanzas, y por impulsar un ecosistema de startups “IA-nativas” que compitan en igualdad de condiciones con los titanes del sector.

En conjunto, la estrategia de Corea del Sur refleja un giro importante: no se trata de gastar más que los gigantes globales, sino de aprovechar la especialización, la eficiencia y el conocimiento local para construir modelos competitivos a escala mundial. Si tiene éxito, el país no solo ganará autonomía tecnológica, sino que podría convertirse en un referente para otras naciones que busquen alternativas soberanas en un mercado dominado por un puñado de compañías estadounidenses y chinas.

La carrera, no obstante, plantea desafíos evidentes: el acceso a chips de última generación, la financiación necesaria para escalar y la capacidad de evitar que los gigantes globales acaparen talento y mercado. Pero Corea del Sur ha dejado claro que no piensa limitarse a ser un usuario de tecnologías extranjeras. En el futuro, su apuesta soberana podría reconfigurar el mapa de la inteligencia artificial, demostrando que la innovación no siempre depende del tamaño, sino de la capacidad de adaptar la tecnología a la cultura y las necesidades propias.

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