La administración de Donald Trump se encuentra un tesoro digital: 21.000 millones que no se han gastado en el plan BEAD

Los estados parece que solo gastarán la mitad del plan para expandir la banda ancha, con lo que el debate se centra en cómo invertir un excedente que podría redefinir la infraestructura digital del país

La administración de Donald Trump se encuentra un tesoro digital: 21.000 millones que no se han gastado en el plan BEAD
Un extraordinario excedente federal podría poner en jaque al gobierno estadounidense
Publicado en Tecnología

El programa de Equidad, Acceso y Despliegue de Banda Ancha, también conocido como BEAD, tiene como gran objetivo llevar las conexiones de alta velocidad a todo Estados Unidos, sobre todo a las zonas rurales, remotas o barrios menos conectados. Estamos hablando de un fondo federal de 42.000 millones de dólares, que se reparte a los estados, pero que ahora mismo tiene un problema: casi la mitad del presupuesto no se va a utilizar. Por el momento, solo se han utilizado el 47,3 % de los fondos, con lo que se podría alcanzar un excedente de 21.600 millones de dólares.

Los 21.000 millones que nadie esperaba

El ahorro tiene una explicación clara. Primero, los límites de precio fijados por la administración de Donald Trump obligaron a muchos estados a reducir lo que pensaban gastar. Después, varios volvieron a revisar sus números incluso cuando ya habían enviado sus planes. Otros, como Montana u Ohio, directamente recortaron decenas de millones en el último minuto. Y, por si fuera poco, Nueva York mantiene 664 millones sin asignar porque su ley estatal, que fija tarifas para el servicio, choca con la norma federal, que prohíbe imponer precios a las operadoras que participen en el programa.

Entonces, ¿qué se hará con el excedente? La Administración Nacional de Telecomunicaciones e Información, autoridad federal encargada de gestionar la política nacional de telecomunicaciones y banda ancha, mantiene la idea de maximizar ahorros, lo que abriría la puerta a devolver el dinero al Tesoro. Sin embargo, no todo el mundo parece estar de acuerdo. Howard Lutnick, secretario de Comercio, tendría interés en usar esos fondos para crear un acelerador de inversión, es decir, un instrumento financiero que permite tomar participaciones en empresas y generar retornos para el Estado.

Los estados, sin embargo, no están dispuestos a soltar el dinero. Gobernadores, senadores republicanos y organizaciones para el fomento del acceso digital reclaman que se les permita destinar el dinero a la formación digital o al despliegue de programas ligados a la inteligencia artificial. En resumen: la ley que ha creado el programa BEAD establece que los fondos deben ponerse a disposición de los estados y que retirarlos podría terminar en los tribunales.

Otra idea, según la información publicada en la página web del proyecto Broadband Expanded, sería guardar la mitad del excedente y crear un Fondo de Reserva BEAD, que permita financiar una segunda ronda y que cubra ubicaciones que queden atrás. También podría impulsarse un nuevo fondo, unos 5.000 millones de dólares, para renovar postes eléctricos, modernizar redes de emergencia o reforzar infraestructuras en zonas vulnerables a apagones.

La otra mitad, según el artículo, debería mirar hacia la población, impulsando la alfabetización digital, el uso de la inteligencia artificial o la adopción de esas conexiones en comunidades rezagadas. No se trata solo de llegar a todo el mundo, sino de asegurar que todos puedan aprovecharlo. Al final, la verdadera oportunidad de estos 21.000 millones de excedentes no está en gastarlos rápido, sino en invertirlos para mejorar la calidad de vida de la gente.

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