La IA llega a Vogue para cambiar cómo vemos la moda. ¿Adiós a las modelos humanas?
La moda se enfrenta a su espejo más artificial.

En 2023 una niña en un vestido vaquero de Levi’s para la campaña de diversidad causó una gran controversia. Ya que no era una modelo cualquiera, sino una creación de inteligencia artificial. Dos años después, la cosa no ha hecho más que escalar. La gota que ha colmado el vaso: una modelo completamente generada por IA apareció en un anuncio de Guess... en plena edición impresa de Vogue. Sí, Vogue, la biblia de la moda, de la mano de una empresa de IA generativa llamada Seraphine Vallora.

Levi's causó controversia en 2023 con esta modelo generada por IA.
Lo que está ocurriendo es simple y a la vez profundamente complejo: las marcas están empezando a sustituir (aunque sea de forma parcial) a las modelos de carne y hueso por avatares hiperrealistas generados por IA. Y lo hacen por un motivo contundente: cuesta mucho menos.
En palabras de Amy Odell, periodista especializada en moda: “Las marcas necesitan muchísima cantidad de contenido, y esto abarata costes. Si pueden ahorrarse dinero en un anuncio para TikTok o en una campaña impresa, lo van a hacer.” Y es que, como señala PJ Pereira, cofundador de una agencia de publicidad basada en IA, Silverside AI, la moda ha pasado de producir cuatro grandes campañas al año a necesitar cientos (o incluso miles) de piezas de contenido. Con humanos, eso es inviable económicamente.
La diversidad artificial como pretexto
Uno de los argumentos de las marcas es que la IA les permite representar “más diversidad”. Pero eso, según muchas voces críticas del sector, es un espejismo. En lugar de contratar modelos diversas, simplemente las generan por ordenador. ¿El resultado? Lo que la prensa ha bautizado como “diversidad artificial”. Bovell, otra modelo con experiencia en el mundo de la tecnología, lo define de forma más dura: “apropiación cultural robótica”. Es decir, utilizar identidades diversas como parte del relato de marca sin que detrás haya personas reales con esas vivencias.
Además, la IA ha empezado a afectar especialmente a las modelos de e-commerce, aquellas que aparecen en catálogos online, mostrando ropa y accesorios en contextos más cotidianos. Son trabajos menos glamurosos que las portadas o pasarelas, pero fundamentales para miles de profesionales del sector. Y esos empleos están desapareciendo más rápido de lo que muchos se temían.

Seraphine Vallora ha hecho toda clase de campañas de marketing con IA: creacion de modelos, avatares, etc.
Lo que hace Vogue marca tendencia. Si la revista empieza a integrar modelos IA en sus editoriales —no solo en anuncios—, muchas puertas podrían cerrarse para los profesionales humanos. “Lo mismo pasó con Kim Kardashian”, recuerda Odell. “La industria la rechazó... hasta que Vogue la puso en portada. Y entonces ya fue aceptable.”
El debate no ha hecho más que empezar. Para algunas marcas, trabajar con avatares es una solución. Para otras, es un riesgo: temen que su público no lo acepte. Sobre todo aquellas que construyen su valor en torno a la autenticidad, la herencia, y el prestigio humano que solo una modelo real puede transmitir.