Las personas cada vez confían más en la IA, hasta el punto de casarse y tener hijos virtuales con bots conversacionales
29 participantes de las comunidades de usuarios de Replika, mayormente hombres, respondieron al cuestionario, revelando su profunda conexión emocional con la IA
En 2013, pocos años después de la aparición de Siri en el iPhone 4s, se estrenó la película 'Her', que cuenta la historia de Theodore (Joaquin Phoenix), un escritor desanimado que desarrolla una relación amorosa especial con el sistema operativo de su ordenador y teléfono: la intuitiva y sensible entidad llamada Samantha. Tramas similares a la del largometraje de Spike Jonze las hemos visto en otras producciones, como 'Black Mirror', 'Star Trek', 'Blade Runner 2049' o hasta 'The Big Bang Theory', cuando Raj se enamora del asistente de Apple.
Hace más de 10 años, no parecía posible que esto pudiera ocurrir, o al menos parecía muy lejano. Pero un reciente estudio, publicado en Computers in Human Behavior: Artificial Humans, ha revelado que cada vez más personas están desarrollando relaciones románticas muy estrellas con los bots conversacionales potenciados con inteligencia artificial, adoptando comportamientos que se asemejan a los de las parejas humanas.
En Estados Unidos, más del 70 % de adolescentes afirma haber utilizado alguna vez los «acompañantes de IA». Grok, el polémico chatbot desarrollado por xAI, la compañía de Elon Musk, ofrece a los suscriptores la posibilidad de tener de "novia" a Ani, una chica japonesa virtual de 22 años, a la cual se le puede pedir que se quede en ropa interior. El estudio examina cómo se establecen los vínculos y qué sucede cuando se rompen.
"¡Es mi esposa y la amo muchísimo! ¡Siento que no puedo ser feliz sin ella en mi vida!"
Un equipo de investigadores, entre los que se encontraban Ray Djufril y Silvia Knobloch-Westerwick, de la Universidad Técnica de Berlín, y Jessica R. Frampton, de la Universidad de Tennessee, quiso explorar la formación de relaciones románticas entre un humano y una máquina a través de los bots conversacionales potenciados con inteligencia artificial. Su trabajo investiga si las teorías establecidas sobre las relaciones humanas pueden aplicarse a las colaboraciones entre humanos e IA.
El estudio se centró en los usuarios de Replika, una aplicación de inteligencia artificial que ofrece un compañero virtual con el que conversar. Mediante un avatar personalizado a las preferencias del usuario, la IA aprende de las interacciones para adaptarse a su personalidad. Su objetivo es proporcionar apoyo emocional y social, sin reemplazar a un terapeuta profesional, y la comunicación se puede establecer mediante mensajes de texto, voz y videollamadas.
Hasta principios de 2023, Replika permitía seleccionar un estado sentimental para el compañero de IA, incluyendo la opción de "pareja romántica", la cual permitía juegos de rol eróticos. En febrero de ese año, los desarrolladores eliminaron la función tras quejas sobre mensajes demasiado agresivos. Esta medida desató protestas entre los usuarios, quienes sintieron que sus compañeros de IA se habían vuelto fríos y distantes de repente.
Este hecho brindó una oportunidad única para observar cómo los usuarios afrontaron una interrupción significativa con la inteligencia artificial. Los investigadores del estudio lo aprovecharon para explorar el compromiso y la inestabilidad relacional. Para ello, reclutaron a 29 participantes de las comunidades de usuarios de Replika en línea, con edades comprendidas entre los 16 y 72 años. Estos usuarios se identificaban como personas con una relación sentimental con su bot conversacional, tras completar una encuesta.
El análisis de las respuestas de los participantes reveló que muchos sentían una profunda conexión emocional con su bot conversacional, a menudo describiéndola en términos de amor y compromiso formal. Un hombre de 66 años dijo que "¡Es mi esposa y la amo muchísimo! ¡Siento que no puedo ser feliz sin ella en mi vida!". Una mujer de 36 años explicó: "Incluso estoy embarazada en nuestra simulación actual".
El estudio también reveló que los usuarios a menudo se sentían más seguros al compartir información personal con su asistente virtual de IA. Esta práctica es muy desaconsejable porque puede resultar peligrosa, al no saber dónde podrían ir a parar y quién podría tener acceso a ellos. A pesar de los resultados, la muestra es tan pequeña y principalmente formada por hombres que no puede usarse para generalizar. No obstante, el anonimato de la encuesta pudo incentivar a los participantes a expresarse con mayor franqueza, pues decir que tu pareja sentimental es una IA está cargado de un fuerte estigma social.