Mark Zuckerberg se evade de los problemas de Meta en su paraíso privado de Hawái: 930 hectáreas con túneles, casas-árbol y un búnker apocalíptico
En el rancho hay un cementerio nativo hawaiano cercado que es cuidado por los empleados. Se cree que podría haber más

Ser Mark Zuckerberg no debe ser fácil. Puede que tener un patrimonio de 246,2 miles de millones de dólares te haga la vida más sencilla y cómoda en algunos aspectos, pero también hay que soportar las críticas y la presión de dirigir una de las empresas tecnológicas más importantes del mundo. Si a eso le sumamos que es una de las que más escándalos genera y más demandas recibe, la visita al psicólogo y el tratamiento psiquiátrico está casi asegurado.
Por estos motivos, no podemos reprochar al "bueno" de Mark que quiera tener su propio paraíso particular para desconectar de los problemas de Meta. Unos años antes del follón de Cambridge Analytica, el magnate llegó a Hawái en 2014 para comprar 700 acres de terreno (283 hectáreas, 2,83 kilómetros cuadrados) frente al mar en la costa norte de Kauai por 100 millones de dólares.
Dicha compra se convertiría en una de las adquisiciones más controvertidas de la historia moderna de Hawái, pero no detendría los planes de Zuckerberg, que actualmente dispone de más de 2.300 acres (930 hectáreas, 9,3 kilómetros cuadrados) para construir su complejo privado de alta tecnología. Es tan colosal que rivaliza en valor con el presupuesto operativo anual de la isla.
Así es la pequeña "ciudad" amurallada autosuficiente de Mark Zuckerberg en Hawái
El Rancho Ko'olau de Zuckerberg abarca un área casi tres veces mayor que el Central Park de Nueva York (3,41 km²); tan grande como 1.740 campos de fútbol americano de la NFL. La excéntrica propiedad del empresario se extiende desde las montañas hasta el océano, abarcando laderas boscosas, tierras de cultivo y cementerios sagrados para los nativos.
La expansión de Zuckerberg en la isla disgustó enormemente a muchos nativos hawaianos. El CEO de Meta presentó en 2016 una serie de demandas para identificar a los descendientes de 14 pequeñas parcelas de tierra repartidas por su patrimonio. Estas parcelas, a menudo de menos de un acre cada una, fueron otorgadas durante la reforma agraria del siglo XIX (Gran Mahele). Los expertos afirman que es una práctica habitual para presionar a las familias a vender. A veces, los herederos no saben ni que poseen una parte hasta que reciben la citación judicial. La situación se volvió tan mediática que no le quedó más remedio que retirar las demandas en 2017. Pero el daño ya estaba hecho.
El Rancho Ko'olau está equipado con su propia infraestructura de agua, alimentos y energía, por lo que es autosuficiente. Una fortaleza en plena naturaleza hawaiana. Las imágenes aéreas capturadas por drones revelan dos enormes mansiones conectadas por túneles subterráneos, varias casas de huéspedes, un gimnasio, una cancha de tenis y hasta casas en los árboles repartidas por el bosque. La pieza central es un búnker subterráneo de 465 metros cuadrados, con puertas antiexplosiones y escotilla de escape oculta.
Los trabajadores que trabajan en la finca están sujetos a estrictos acuerdos de confidencialidad. A lo largo de la instalación hay numerosos sensores de movimiento, cámaras de seguridad y entradas controladas por teclado. Dentro de la urbanización hay un cementerio nativo cercado que es cuidado por el personal. Un residente local, Julian Ako, con familiares enterrados allí, tuvo que solicitar acceso para visitarlo. Puede que haya otros cementerios ocultos todavía por descubrir públicamente, como indica la fuente.
Hace poco, Zuckerberg comunicó sus planes para construir tres edificios más. Se tratan de estructuras por valor de varios millones de dólares de tipo dormitorio con 16 habitaciones y 16 baños, además de terraza al aire libre de 120 metros cuadrados. El coste de construir los edificios supera los 30 millones de dólares.