El grave problema de Microsoft: 500 millones de usuarios se niegan a instalar Windows 11, poniendo en peligro su seguridad
Windows 11 lleva disponible cuatro años, pero millones de usuarios no ven razones suficientes para actualizar
Windows 11 lleva disponible desde principios de octubre de 2021. Cuatro años en los que Microsoft lo ha ido actualizando para solucionar errores, pulir su rendimiento y añadir nuevas características. Muchas de ellas, potenciadas con inteligencia artificial para aumentar la productividad. Sin embargo, mucha gente sigue usando en sus equipos Windows 10.
Y eso es un grave problema, ya que la compañía cofundada por Bill Gates está cavando su tumba. Si bien el soporte oficial finalizó el 14 de octubre de 2025, los usuarios europeos podrán seguir recibiendo parches de seguridad de forma gratuita durante un año más. Los de otros territorios también podrán disfrutar de esta experiencia extendida previo pago.
Al momento de escribir estas líneas, se estima que cerca de mil millones de usuarios de Windows están en peligro. Alrededor de 500 millones de máquinas son demasiado «antiguas» para ser compatibles con Windows 11, y de los 500 millones restantes, cuyo hardware es apto, los usuarios se resisten a dar el salto, como informó el fabricante Dell hace unos días, según Forbes.
Microsoft tiene dificultades para que los usuarios actualicen a Windows 11
La cantidad de ordenadores que siguen en Windows 10 es mucho mayor de lo que se creía. Sobre todo, de los equipos compatibles con Windows 11 que todavía no lo han instalado. Esto querría decir una cosa: que los usuarios no tienen la necesidad de actualizar al no encontrar motivos suficientes para hacerlo.
Para los que utilizan ordenadores que no cumplen con los requisitos de Windows 11, hay dos posibles soluciones: comprar uno nuevo o pasarse a Linux. En Urban Tecno te contamos cuáles son las mejores distribuciones para principiantes, y lo mejor es que no hay que ser un experto informático para quitar el sistema operativo de Microsoft y hacer hueco para el del pingüino.
La mayoría de distribuciones Linux funcionan mucho mejor que Windows 10 o Windows 11 en máquinas de especificaciones modestas. Por ejemplo, Ubuntu, que es la más popular, solo requiere 4 GB de RAM, 25 GB de espacio libre en el disco duro, un procesador de 64 bits de doble núcleo a 2 GHz y una pantalla a resolución mínima de 1024 x 768 píxeles.
Puppy Linux, que está diseñada específicamente para ordenadores muy antiguos, es perfectamente ejecutable en un procesador Pentium a 900 MHz con 300 MB de RAM y 512 MB de espacio libre en el disco duro. Pero como la virtud está en el término medio, Linux Mint puede funcionar en máquinas con apenas 2 GB de RAM y 20 GB de espacio libre.
Si te gustaría actualizar a Windows 11, pero tu ordenador te lo impide, seguramente sea porque carece del TPM 2.0. Este elemento es un chip de seguridad que se encuentra en la placa base y proporciona funciones de seguridad basadas en hardware. Su función principal es almacenar de forma segura claves de cifrado, contraseñas y certificados para proteger el dispositivo contra accesos no autorizados, malware y manipulaciones.
Hasta ahora, existían métodos para instalar Windows 11 saltándose este requisito, pero Microsoft está endureciendo sus medidas de seguridad, y nada garantiza que en un futuro los equipos no compatibles oficialmente que ejecuten este sistema operativo vayan a funcionar correctamente. Pero si se quedan en Windows 10 o, peor, una versión anterior, la información del usuario corre peligro al ser mucho más vulnerable por no recibir parches de seguridad.