El biodiésel sirve más que para mover tu coche: ahora podrá ser usado hacerte más guapo

Un proceso electroquímico convierte un subproducto contaminante en un subproducto de alto valor

El biodiésel sirve más que para mover tu coche: ahora podrá ser usado hacerte más guapo
Solucionar un problema del biodiésel es posible y resulta respetuoso con el medioambiente
Publicado en Ciencia

La industria del biodiésel, desde hace tiempo, se enfrenta a un curioso dilema: producir un combustible más limpio que el diésel fósil, pero acumular toneladas de un residuo difícil de gestionar. Por cada tonelada de biodiésel, se generan unos 100 kilos de glicerina cruda, un subproducto contaminante que suele venderse a bajo precio y que debe ser refinado en plantas externas. Ese viaje, además de encarecer costes, multiplica las emisiones. Pero existe una ingeniosa solución.

La fórmula que transforma residuos en una alternativa cosmética

Recientemente, hemos conocido el trabajo de un equipo de investigadores de la Universidad de Loughborough, que habría encontrado la mencionada solución. Su propuesta se encuentra en un proceso electroquímico que transforma esa glicerina residual directamente en un subproducto conocido como solketal. Pero, ¿de qué estamos hablando?

Este solketal es un solvente de gran demanda en la industria farmacéutica, cosmética, química e, incluso, se utiliza como aditivo para combustibles. En total, estamos hablando de un mercado valorado en 67.000 millones de euros, que hasta ahora estaba reservado a grandes plantas de refinado. Sabemos que el sistema ha sido desarrollado por el químico Adriano Randi y el profesor Benjamin Buckley.

Ilustración creada por la compañía R3V Tech para mostrar su reactor electroquímico

Ilustración creada por la compañía R3V Tech para mostrar su reactor electroquímico

Es este sistema el que elimina la necesidad de transportar el residuo hasta plantas externas y evita los métodos de refinado, intensivos en energía. La innovación funciona a temperatura y presión atmosférica ambiente, con lo que se reducen de forma drástica los costes operativos. Como guinda al pastel, utiliza dióxido de carbono residual en el propio proceso, cerrando un círculo que convierte un problema en una oportunidad.

Adriano Randi, en declaraciones recogidas en el mencionado artículo, asegura que vio "este proyecto como una gran oportunidad para trabajar en algo que pueda marcar una diferencia en el planeta, el medio ambiente y la sociedad". Además, declara que le gustaría que "ver a todas las empresas de biodiésel utilizar este proceso algún día y dejar un legado que ayude a la próxima generación".

La propuesta de los investigadores ya ha pasado de las pruebas de laboratorio a un programa piloto que se instalará en una planta de biodiésel en los próximos meses gracias a una ayuda de la agencia Innovate UK. La idea final es diseñar módulos compactos y autoinstalables que permitan a cualquier productor conectar su reactor electroquímico. Sería enchufar y filtrar la glicerina, mezclarla con una solución saturada en dióxido de carbono, hacer pasar la mezcla por el reactor y recoger el solketal resultante.

Bajo el lema claro Reducir, Reutilizar, Revalorizar, R3V Tech, la empresa innovadora nacida de la investigación en la Universidad de Loughborough, aspira a transformar lo que hoy es un desecho molesto y caro de gestionar en un activo rentable. Estamos ante una tecnología con el potencial necesario para que el biodiésel deje de ser solo una alternativa energética y se convierta también en un ejemplo de economía circular.

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