Este complejo montañoso de Estados Unidos es un búnker gigantesco, puede resistir una explosión atómica
El complejo montañoso de Cheyenne podría soportar una explosión atómica de 30 megatones

Durante la Guerra Fría a lo largo y ancho del mundo fueron muchos los países que levantaron refugios nucleares. Estos refugios tenían la capacidad de soportar un ataque con bombas nucleares o atómicas y mantener a salvo a la población que se guarecía dentro de ellos. En el complejo montañoso de Cheyenne se encuentra uno de los refugios más grandes de Estados Unidos.
En los últimos setenta años han sido diferentes países los que han hecho pruebas con armas nucleares y también hoy, en 2024, la lista de estados con estas armas es numerosa. Entre 1946-1991, Estados Unidos y la URSS libraron lo que se conoció como la Guerra Fría, y la amenaza de una guerra termonuclear siempre estuvo ahí.
Un refugio nuclear construido bajo las altas montañas de Cheyenne
Debido a esta amenaza persistente ambos países decidieron construir muchas armas, pero también muchos refugios. En 1966 en Estados Unidos se terminó el refugio del complejo montañoso de Cheyenne. Este refugio se construyó después de remover más de 250.000 toneladas de granito y es capaz de soportar una explosión de 30 megatones.
Para que nos hagamos una idea, en esas fechas la URSS hizo una prueba nuclear increíble. Se trataba de la bomba Zar, el arma atómica más grande del planeta con 50 megatones. Sus efectos sintieron a decenas de kilómetros de donde se realizó la prueba. No obstante, está fue la más grande, pero había otras más pequeñas que también se usarían en caso de conflicto.
Dentro de este refugio y complejo montañoso las autoridades estadounidenses han colocado toda una serie de servicios básicos para la supervivencia de sus ocupantes. Así es como detrás de múltiples puertas blindadas el usuario podrá encontrar toda una serie de medios para poder vivir bajo tierra mientras la amenaza externa pasaba.
En la actualidad lo construido en Cheyenne en 1966 sigue en activo y es capaz de albergar en su interior a unas 300 personas. No está nada mal, aunque teniendo en cuenta que Estados Unidos tiene 330 millones, es una ínfima parte de la población que estaría en peligro de exponerse a las consecuencias de un ataque nuclear. Sin embargo, por todo EE. UU hay más refugios de este tipo.
Tenemos que esperar que lo que se construyó en Cheyenne nunca tenga que ser utilizado de forma real, pero de ser así, sin duda sería un refugio seguro para cientos de personas y autoridades que vivieran en los alrededores. El duro granito de ese complejo montañoso es garantía de que la radiación no va a atravesarlo, así que son buenas noticias.