Los arqueólogos ahora saben más sobre el extraño "niño de Lapedo". Vivió hace 25.000 años y fue un híbrido de dos especies humanas
Un nuevo método de análisis nos permite acercarnos a conocer en profundidad a un curioso antepasado

Existen mil y un ancestros a los que hemos podido seguir la pista o, al menos, a los que hemos podido descubrir en diferentes yacimientos repartidos a lo largo y ancho del planeta. En este caso, queremos compartir contigo un reciente hallazgo en la figura de un niño que destacaba por tener una mezcla de rasgos de lo más curiosa. Fue descubierto en Portugal y ahora podemos adentrarnos en sus secretos.
La historia del "niño de Lapedo"
Un equipo internacional de investigadores ha publicado un estudio en la revista científica Science Advances en el que nos desvelan la naturaleza del que fue apodado como niño de Lapedo. Descubierto en 1998 en el yacimiento arqueológico de Lagar Velho, el joven ancestro inmediatamente llamó la atención de los arqueólogos.
Estaban ante algo pocas veces visto, un homínido que poseía rasgos de seres humanos, pero también de neandertales. Un ejemplo de ello es la barbilla, prominente como las de los humanos, y las piernas, cortas y fuertes como las de los neandertales. Ahora, además, también hemos podido conocer su edad, gracias a un nuevo método de análisis practicado.
Hubo hasta cuatro intentos de analizar sus restos a través de datación por radiocarbono, aunque dado el mal estado de conversación de los huesos y una metodología mejorable solamente nos habían acercado a un rango de fechas, que variaban entre los 20.000 y los 26.000 años. Ahora, un método conocido como CSRA ha determinado que el niño de Lapedo pudo vivir mucho antes de lo que habíamos intentado adivinar.
Bethan Linscott, autor principal del estudio y geoquímico de la Universidad de Miami, ha asegurado al medio Live Science que esta técnica solo se utiliza en yacimientos donde el carbono moderno ha contaminado muestras antiguas. Además, asegura:
El beneficio clave del CSRA es que es extremadamente eficiente en eliminar la contaminación de huesos arqueológicos. Esto es especialmente imporante cuando tratamos con huesos mal preservados, ya que incluso trazas de contaminación presentes en esas muestras pueden impactar seriamente en la precisión de la fecha.
En el mismo lugar donde se descubrió a este niño, también se encontraron restos de huesos de conejo, encima del pequeño homínido, carbón y huesos de ciervo. Solamente los huesos de conejo eran de la misma época que los del niño, siendo más antiguos los huesos de ciervo y el carbón. Además, gracias a la técnica CSRA, los investigadores concluyeron que el conejo habría sido ubicado en dicha tumba hace alrededor de 28.000 años, obteniendo, así, la edad aproximada del niño de Lapedo.