Los residuos urbanos ahora podrían ser muy útiles: alimentarán a los motores de los pesados aviones

Un reciente estudio revela que la basura puede transformarse en un combustible capaz de reducir hasta un 90% las emisiones

Los residuos urbanos ahora podrían ser muy útiles: alimentarán a los motores de los pesados aviones
En el futuro, los motores de los aviones podrían beber de combustibles creados a partir de basura
Publicado en Ciencia

A veces, las revoluciones empiezan donde menos se las espera. En este caso, en los contenedores de las ciudades. La aviación, responsable del 2,5% de las emisiones globales, tiene una década crítica por delante, con la demanda de vuelos camino de duplicarse para 2040. Mientras coches y autobuses avanzan hacia la electrificación, los aviones siguen utilizando queroseno, siendo solamente un 1% del combustible que consumen el que procede de opciones sostenibles. ¿La solución? Más cerca de lo que imaginas.

Los vuelos sostenibles podrían comenzar en la basura

Recientemente, un artículo publicado en la revista científica Nature Sustainability, nos plantea convertir los residuos sólidos urbanos en combustible de aviación limpio, barato y compatible con los motores actuales. Un equipo de investigadores de la Universidad Tsinghua y del Proyecto Harvard-China sobre Energía, Economía y Medioambiente evaluó cómo se produciría ese combustible.

El procedimiento implica la gasificación, calentar un material sólido a muy alta temperatura con muy poco oxígeno, de un sólido, que se convertiría en combustible a través de un proceso conocido como síntesis Fischer-Tropsch. El resultado permite reducir entre el 80 % y el 90 % de los gases de efecto invernadero frente al combustible convencional. Jingran Zhang, autora principal del estudio, asegura, en declaraciones recogidas en la página web de la Universidad de Harvard que:

Convertir la basura cotidiana en combustible para aviones podría ser un paso innovador y crucial a corto plazo hacia una aviación más limpia. Al transformar los residuos municipales en combustible para aviones con bajas emisiones de carbono, que ya funciona en los motores actuales, podemos empezar a reducir las emisiones de inmediato, sin esperar a que la tecnología del futuro lo permita.

Las grandes ventajas de este procedimiento son, por un lado, que se aliviaría la situación en los vertederos, además de reducir emisiones y avanzar hacia modelos de residuo cero. Por otra parte, la tecnología está lo bastante madura como para imaginar el escalado del proceso, siempre y cuando tanto las políticas como los incentivos para las empresas estén alineados con la causa. Eso sí, existe un límite técnico: solo un tercio del carbono de entrada se convierte en combustible.

En realidad, este no es un problema sin solución, ya que existe la posibilidad de incorporar captura de dióxido de carbono o añadir hidrógeno verde en el proceso. Y las implicaciones globales son enormes. Estados Unidos aspira a producir hasta 132.000 millones de litros de combustibles sostenibles en 2050, mientras que la Unión Europea obligará a que los vuelos incluyan una proporción de estos combustibles del 70% en 2050.

Si cogemos datos conservadores, la basura municipal del planeta podría generar unos 50 millones de toneladas de combustible al año, suficiente para recortar un 16% de las emisiones del sector. Añade hidrógeno verde y la cifra sube a las 80 millones de toneladas. Todo apunta a que la basura podría convertirse en una pieza fundamental de los vuelos sostenibles. Ahora nos queda el reto de coordinar a gobiernos, centros de investigación y empresas para subirnos todos al mismo avión.

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