Los seres humanos también viajaban en la prehistoria, pero no por vacaciones: este era uno de los motivos

Las comunidades prehistóricas viajaban por el territorio en busca de mejores rocas con las que fabricar utensilios con los que cazar y hacer su vida

Los seres humanos también viajaban en la prehistoria, pero no por vacaciones: este era uno de los motivos
Puntas de flechas fabricadas en sílex, un material muy codiciado por las comunidades prehistóricas hace miles de años
Publicado en Ciencia
Por por urbantecno

Desde los albores de la humanidad, la adaptación al entorno ha sido una constante. Nuestros ancestros más remotos, impulsados por la necesidad y la supervivencia, desarrollaron habilidades y herramientas que marcarían el rumbo de nuestra especie. Cada avance, por pequeño que pareciera, era fundamental para la supervivencia en un mundo implacable y desconocido.

Si bien la imagen de los primeros humanos a menudo evoca una existencia sedentaria ligada a un territorio limitado, la realidad es que el movimiento siempre fue parte intrínseca de su vida. No se trataba de exploración por curiosidad o placer, sino de un viaje de pura necesidad: la búsqueda de alimento, refugio o recursos vitales.

Ahora, nuevas investigaciones están arrojando luz sobre la sorprendente complejidad de estos primeros desplazamientos. Los hallazgos recientes no solo revelan la inteligencia inherente de nuestros parientes más lejanos, sino que también desafían percepciones establecidas sobre cuándo y cómo emergieron ciertas capacidades cognitivas.

Sorprendentes rutas prehistóricas: el ingenio ancestral más allá de lo esperado

En un hallazgo que redefine nuestra comprensión de las capacidades de los primeros homínidos, arqueólogos han desenterrado evidencia crucial en el sitio de Nyayanga, Kenia. Allí, un conjunto de herramientas de piedra de hace aproximadamente 3 millones de años ha revelado que sus creadores obtenían materiales obtenidos a distancia, a menudo de zonas alejadas de donde fueron utilizadas. Así lo apunta PopScience en un reciente artículo publicado.

El motivo de estos "viajes" de abastecimiento era estrictamente práctico. Los estudios geológicos en Nyayanga demostraron que las rocas locales, aunque disponibles, no eran aptas para el trabajo pesado que requerían las herramientas Olduvayenses, las más antiguas conocidas. Se necesitaban piedras más duras y resistentes, como la riolita y la cuarcita, para fabricar instrumentos capaces de cortar carne o procesar vegetación, lo que obligaba a los homínidos a buscarlas en canteras lejanas.

De hecho, el análisis geoquímico de cientos de estos artefactos de piedra permitió rastrear su origen hasta cuencas de drenaje situadas a más de doce kilómetros del lugar de excavación. Esto demuestra una notable capacidad de planificación y conocimiento del territorio mucho antes de lo que se creía, sugiriendo que nuestros ancestros poseían una compleja habilidad para mapear mentalmente su entorno y gestionar recursos.

Esta evidencia sugiere que el transporte de materias primas a largas distancias, un comportamiento asociado con la evolución cognitiva avanzada, se manifestó 600.000 años antes de lo que se pensaba. Aunque aún no se ha identificado con certeza qué especie homínida fue la pionera de este comportamiento, el hallazgo es un salto evolutivo sorprendente que nos obliga a reescribir una parte importante de la historia de la inteligencia humana.

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