Un jabalí de piedra nos da pistas de cómo eran los festines en la prehistoria de este país
Una serie de figuras tallas en hueso revelan a los arqueólogos y antropólogos cómo eran los festines en la prehistoria, en concreto en el área ocupada por el actual Irán

Durante milenios, los seres humanos han encontrado en el acto de compartir alimentos una forma fundamental de construir comunidad y fortalecer lazos. Desde encuentros sencillos hasta celebraciones elaboradas, la comida ha sido un eje central de la interacción social a lo largo de nuestra historia. Los albores de la civilización, aquellos periodos que preceden a las grandes ciudades y los registros escritos, a menudo nos parecen envueltos en el misterio. ¿Cómo se organizaban las sociedades? ¿Qué tipo de rituales o eventos unían a las personas? La arqueología trabaja para desvelar estas preguntas, capa a capa.
Y a veces, las respuestas más sorprendentes provienen de los hallazgos más inesperados, como restos antiguos de animales que, cuidadosamente estudiados, pueden revelar prácticas sociales complejas y sofisticadas mucho antes de lo que podríamos imaginar.
Hallazgo sin precedentes: Un festín de jabalíes desvela la complejidad social del Neolítico temprano
En el yacimiento de Asiab, ubicado en el oeste de Irán, arqueólogos han desenterrado restos de 19 jabalíes sacrificados que datan del Neolítico temprano, hace casi 12.000 años. Este descubrimiento representa una evidencia excepcionalmente rara de un festín masivo organizado antes del auge de la agricultura, según apuntan desde Communications Earth & Environment. La cantidad de carne recuperada sugiere que el evento pudo alimentar a cientos de personas, una cifra sorprendente para la época.
Lo más novedoso reside en el análisis detallado de los restos. Mediante técnicas microscópicas aplicadas al esmalte dental de los animales, los investigadores han podido determinar que los jabalíes fueron transportados desde largas distancias hasta el lugar del festín. Este esfuerzo logístico, que implicó mover animales grandes a través de terrenos difíciles, subraya un nivel significativo de organización y planificación comunal entre los grupos que participaron.
El hallazgo, concentrado en lo que parece ser un espacio comunitario, apunta a un evento social único de gran magnitud. Estos festines habrían servido para fortalecer lazos sociales entre grupos, quizás incluso uniendo comunidades de una región más amplia mediante una logística coordinada. Algunos expertos sugieren que este tipo de complejas interacciones sociales, facilitadas por eventos como estos, pudieron ser un catalizador clave en la transición hacia las sociedades agrícolas sedentarias que vendrían después.