Malas noticias: los microplásticos llegan al suelo y ya tenemos los primeros afectados, las lombrices
El plástico se infiltra en lo más profundo de nuestras cadenas alimentarias, comprometiendo el futuro de la vida en el planeta

Durante años, la imagen de plásticos asfixiando tortugas marinas y contaminando playas ha sido una de las imágenes más recurrentes entre la contaminación mundial. Sin embargo, un nuevo y preocupante estudio de la Universidad de Sussex y la Universidad de Exeter nos golpea con una realidad aún más cercana: el veneno de los microplásticos ha penetrado en el corazón de nuestras cadenas alimentarias terrestres y lo ha hecho a través de los invertebrados.
Los microplásticos invaden nuestras cadenas alimentarias terrestres
La investigación, publicada en la página web de la Universidad de Sussex, ha levantado el telón sobre una contaminación que no se limita a los océanos. Los científicos han analizado más de 580 muestras de suelo de 51 lugares de Sussex, el condado inglés, y se toparon con microplásticos en casi el 12 % de los invertebrados examinados. Sin embargo, el dato más escalofriante fue que el 30 % de las lombrices de tierra y el 24 % de babosas y caracoles llevaban estos diminutos fragmentos en sus estómagos.
Y no hablamos de residuos industriales exóticos, no. En concreto, el poliéster, omnipresente en nuestra ropa, fue el tipo de plástico más común encontrado, sugiriendo que la ropa que vestimos está deshilachándose en el suelo que pisamos. La doctora Emily Thrift, autora principal del estudio, asegura que:
Nos sorprendió lo extendida que está esta contaminación plástica. Este es el primer estudio que encuentra plásticos de forma consistente en toda una comunidad de invertebrados terrestres. En nuestra investigación anterior, se encontraron tipos de plástico similares en las heces de erizo, y parecen estar entrando en la dieta de aves, mamíferos y reptiles a través de sus presas invertebradas.
Se ha podido constatar que los microplásticos, a medida que se descomponen, liberan sustancias químicas peligrosas que se acumulan en los tejidos de los organismos. Estudios previos, como el publicado en la revista científica Journal of Insect Physiology, ya habían demostrado que la ingestión de plástico puede provocar retraso en el crecimiento, reducción de la fertilidad y alteraciones en órganos vitales como el hígado y los riñones en diversas especies.
Ahora, este hallazgo extiende esa amenaza a la base misma de la pirámide alimentaria terrestre. Y este problema afecta tanto a herbívoros, como a especies carnívoras. Aquí es donde aparece el término transferencia en cascada, donde el veneno se propaga de presa a depredador, escalando silenciosamente en la cadena trófica.
La doctora Fiona Mathews, bióloga ambiental de la Universidad de Sussex, afirma categóricamente que "los microplásticos ahora son omnipresentes en todos los niveles de la red alimentaria". La realidad es que la polución por plástico es un problema que nos afecta a todos, desde el subsuelo hasta el último consumidor. Y si no, que se lo pregunten a las lombrices británicas.