Las 4 negligencias médicas más inverosímiles
En algunas ocasiones, los médicos que deben salvarte, pueden convertirse en tu propio calvario. A continuación, las negligencias médicas que nadie desearía haber vivido.

Actualmente, la medicina está tan avanzada que hasta existen máquinas que pueden ver cualquier rincón de tu cerebro. Sin embargo, también debemos mencionar que ha aumentado el uso de medicina alternativa que puede aumentar hasta en un 470% el riesgo de muerte. Estos son solo algunos datos que contextualizan cómo se encuentra este sector en la actualidad.
Nadie puede explicar cómo llegaron a ocurrir estas 4 negligencias
Es evidente que la medicina no para de avanzar para intentar encontrar soluciones a los problemas de los pacientes. Pese a este desarrollo del que hablamos, siguen dándose extraños casos médicos que resultan muy difíciles de creer. Y las cifras no son nada bajas, ya que, en 2015, se dieron 806 muertes por negligencias médicas tan solo en España, según informó La Gaceta.
Intervenciones mal realizadas, altas precipitadas, atención deficiente o infecciones hospitalarias son mencionadas como los fallos más comunes, aunque hay situaciones escandalosas e inexplicables que también se han dado en los quirófanos. A continuación, descubre las 4 negligencias médicas más inverosímiles.
Shirley Meléndez, la voz de un escándalo
El caso de la joven Shirley Meléndez es de esos que te ponen la piel de gallina al conocerlo. Tal y como informó 20 Minutos en 2016, Meléndez ingresó en un hospital peruano con fuertes dolores en el abdomen. La causa es algo muy habitual: tenía piedras en el riñón, aunque, desgraciadamente, el final era imprevisible.
Entre enero y febrero de 2016, según contó la propia víctima, los médicos le realizaron tres operaciones para superar el problema. Sin embargo, poco después de salir del hospital tuvo que volver a él porque no podía orinar, como relata Meléndez en las noticias de Univisión.
Los médicos decidieron ponerle un catéter, ya que, según ellos, la víctima seguía teniendo cálculos renales. Lo peor llegó cuando esta operación se realizó en un lugar sin esterilizar, como denunció la protagonista. Horas después, un dolor invadió a Shirley, que perdió el conocimiento debido a una infección que atacaba a todo su cuerpo.
Tras inducirla al coma y sufrir una parada cardiorespiratoria, la víctima perdió las manos y los pies por culpa de una necrosis. Tras ser consciente de todo lo sucedido, Meléndez inició una batalla legal contra el hospital, denunciando un caso que nunca se hubiese dado si los trabajadores médicos hubiesen tomado las medidas necesarias.
Un destornillador como solución médica
La inverosimilidad de esta historia se cuenta por sí sola. Los protagonistas de la misma son Robert Ricketson, el médico en cuestión, y Arturo Iturralde, el paciente. El primero de ellos, supuesto experto, se encontró sin la existencia de barras de titanio que tenía que introducir en la espalda de Iturralde. ¿La solución? Increíble.
Ricketson, ante la falta de esas barras, optó por introducir un destornillador punzante en la espalda del paciente, con toda la intención del mundo. Según el medio ABC, el médico afirmó que no tenía otra opción para terminar la operación de la forma correcta:
No sentí que pudiera arriesgarme a someterlo a la anestesia con una columna vertebral inestable durante dos horas más. Sobre la mesa de atrás había un destornillador de acero inoxidable estéril del mismo diámetro que las barras que tenía la intención de usar.
La situación se complicó cuando el destornillador se rompió e Iturralde tuvo que ser operado en tres ocasiones más para introducir las barras de titanio adecuadas. Por otro lado, las enfermeras extrajeron las partes del destornillador utilizado y las llevaron ante el juez.
Pese a las operaciones realizadas, ya nada se pudo hacer para evitar que la víctima quedase parapléjica, muriendo dos años después. Finalmente, y como también sucedió en el caso anterior, el culpable fue llevado a juicio, quedando inhabilitado para seguir practicando la profesión.
¿Qué hace este metal aquí?
Este es tan solo uno de los casos de negligencia médica que se han dado cuando el doctor olvida un objeto dentro del cuerpo del paciente. Aunque, con Donald Church, el protagonista, la situación fue muy grave, como describen desde Sopitas.
Church tuvo que someterse a una operación en quirófano para que los médicos le extirparan el cáncer que padecía. Días después, la víctima comenzó a sentir dolores insoportables en el abdomen, aunque los expertos se excusaron diciendo que eran consecuencias de la operación.

Los médicos se olvidaron un retractor de metal en el abdomen de Donald Church. Eslamoda
Tras 2 meses de dolores, los médicos le hicieron una radiografía que mostró claramente cuál era la causa del sufrimiento. Los profesionales encargados de realizar su operación habían dejado un retractor de metal de 30 centímetros de largo dentro de su abdomen. Como ves, el olvido de los médicos responsables estuvo a punto de acabar con la vida de este paciente.
Un despertar terrible
El caso de Sherman Sizemore es uno de esos que nadie desearía vivir nunca. Tal y como revela ABC News, el paciente se estaba sometiendo a una cirugía exploratoria en 2006 cuando un fallo médico le provocó algo inverosímil.
El trauma sufrido por el paciente le llevó al peor final posible
Sizemore no estaba correctamente anestesiado, lo que causó que se despertase en medio de la operación. Además, la actuación de algunas drogas paralizantes le impedían expresarse o comunicarse de alguna forma. El paciente sufrió un increíble dolor durante la cirugía sin que ningún médico se diese cuenta. Supuestamente, los trabajadores no le habían suministrado la anestesia general.
La víctima superó la operación, pese al dolor sufrido, pero la experiencia traumática le llevó a suicidarse tan solo dos semanas después. Sorprendentemente, nadie llegó a decirle a Sizemore que había sido un problema con la anestesia, por lo que murió dudando si sus recuerdos eran reales.