Ni resfriado ni gripe, esta mujer tenía algo vivo en la cabeza: así es como se ve una infección parasitaria en el cerebro
La ingesta de un tipo de crustáceo crudo pudo ser el punto de partida del calvario de una mujer sextagenaria

Anteriormente, te hemos contado la historia de una mujer del estado de Nueva Inglaterra que tuvo que pasar por un calvario que duró días, descubriéndose, finalmente, que en realidad lo que tenía era un parásito alojado en el cerebro. Ahora, un caso similar se repite, aunque, en esta ocasión, hablamos de una mujer de 60 años afectada por otro parásito, cuyos efectos se han podido ver en imágenes.
Los efectos de los parásitos que invaden el cerebro
Una mujer asiática de 60 años acude al médico debido a que tiene fiebre y lleva con sus facultades mentales alteradas desde hace tres días. Tanto es así que cuando fue al hospital para saber qué le sucedía, no tenía apenas la capacidad de comunicarse con normalidad. Gracias a una imagen por resonancia magnética, los médicos descubrieron que tenía lesiones, mostradas en forma de materia blanca, alrededor de los ventrículos laterales del cerebro, que bajo estas líneas puedes ver en forma de C y en color negro.

Imagen del cerebro de la mujer después del tratamiento contra bacterias que no daba resultado y donde se muestran las lesiones
En realidad, por ser más precisos, el tipo de técnica utilizada se denomina FLAIR MRI, siglas de Recuperación de la Inversión Atenuada de Fluido, y que se utiliza para neutralizar fludios. Por ejemplo, permite capturar imágenes del interior del cerebro para suprimir los efectos del líquido cefalorraquídeo. Con esta imagen y los síntomas de la mujer, los doctores pensaron en una infección bacteriana en el cerebro, con lo que la recetaron un antibiótico y un reductor de fiebre.
Sin embargo, la salud de la mujer no mejoraba. Cuando acudió de nuevo al hospital, un nuevo FLAIR MRI detectó que las lesiones habían empeorado, con lo que sometieron a la mujer a más pruebas. A través de una analítica, los médicos detectaron altos niveles de eosinófilos, que pueden implicar una infección por parásito. Buscaron la firma de algunos de los parásitos más conocidos y bingo, dieron con el premio: la señora estaba infectada con el Angiostrongylus cantonensis, también conocido como lombriz pulmonar de las ratas.
Su nombre, como podrás imaginar, procede de estos roedores, que es el lugar donde las larvas en la primera etapa viven y se liberan a través de sus heces. Estas infectan caracoles o babosas, que después, al ser ingeridas por las ratas, llegan de nuevo a su interior en forma de larva en la tercera fase. Allí llegan al cerebro de las ratas, donde alcanzan las fases cuatro y cinco. Después, viajan hasta los pulmones y ponen sus huevos. En este caso, ¿cómo pudo la mujer acabar con uno de estos parásitos en su interior?
La costumbre de comer animales crudos en países asiáticos es la respuesta más sencilla. Algunas ranas, crustáceos o peces se alimentan de esos caracoles y babosas, con lo que también ingieren el parásito, que pasa a formar parte de su organismo y puede liberarse en los seres humanos. De hecho, según la información de este caso, publicada en la revista JAMA Neurology, sabemos quién es el responsable de la infección.

Imagen de la resonancia magnética realizada a la mujer de 60 años, cuatro meses después del tratamiento
La mujer confirmó a los doctores que había consumido cantidades importantes de cangrejo rojo americano sin cocinar, justo la noche antes de empezar a desarrollar la fiebre y tener el resto de síntomas. La llegada de la larva de etapa tres al cerebro de la mujer no solo genera fiebre, sino que puede desencadenar convulsiones, problemas oculares y dificultades de comunicación.
A pesar de que no es habitual que estos parásitos causen graves problemas, suelen crecer a una etapa adulta y morir en el cerebro, la mala suerte acompañó a esta mujer. En pocas ocasiones se producen lesiones en la materia blanca del cerebro, una red de fibras nerviosas que permite el intercambio de información y la comunicación entre diferentes partes del órgano. En este caso, la mujer sufrió esas lesiones.
Finalmente, los médicos administraron un medicamento conocido como albendazol, habitualmente indicado para aquellas personas aquejadas de infecciones intestinales de parásitos, pudiendo notar una mejoría en los síntomas previos, como una mejor capacidad de comunicación. Eso sí, no se sabe si la mujer se ha recuperado por completo, ya que aunque el tercer FLAIR MRI mostró una disminución de las lesiones, no tenemos más datos al respecto. Esperamos que esté perfecta en estos momentos.