Resuelto el misterio de la "puerta del infierno" romana encontrada en Turquía
Si la civilización romana ya era asombrosa de por sí, esta "puerta del infierno" solo hace aumentar nuestro amor por ella. ¿Cuál es el final del misterio de este acceso al inframundo hallado en Turquía?

Día a día nos acercamos más a antiguas civilizaciones gracias a nuevos descubrimientos. Encontrar nuevas puertas al Antiguo Egipto o descubrir importantes ruinas mayas en plena selva de Guatemala son avances que no se hubiesen podido realizar sin el trabajo reciente de los expertos.
Los pájaros que se acercan a esta peligrosa puerta no logran sobrevivir, ¿por qué?
A esa dura labor le debemos agradecer ahora la resolución del misterio creado por la "puerta del infierno" encontrada en Turquía. ¿Llevaba este acceso directamente al inframundo en la época romana? ¿Por qué puede llegar a significar la muerte para cualquier persona que se acerque a sus inmediaciones?
Tras exhaustas investigaciones, por fin los científicos han podido resolver este misterio. Ahora, hagamos apuestas, ¿cuál crees que es la solución a este milenario misterio?
La puerta mortal al infierno
El infierno es un tema recurrente en la civilización romana, al igual que en la griega. Como bien explica ABC, muy pocas personas pudieron atravesar la puerta al inframundo y volver para contarlo. La muerte era la principal protagonista de ese viaje, ya que eran las almas de los muertos las que se dirigían hacia el infierno.
Los romanos sabían perfectamente que había varias puertas que daban acceso a ese lugar tan importante de su cultura. Una de ellas ha sido localizada por los expertos en la ciudad de Hierápolis, en Turquía, que fue descubierta hace 7 años y que tiene 2.200 años de existencia.
La puerta de la que hablamos es la que puedes ver en la parte derecha de la imagen anterior. Como puedes comprobar, de dicha puerta salen unos gases extraños que son la clave de este misterio. Y es que esta puerta tenía una función concreta durante la época romana.
Según se explica en la investigación publicada en la revista Archaeological and Anthropological Sciences, los sacerdotes usaban este acceso al infierno como lugar para sacrificar a animales como toros y pájaros sin necesidad de que el hombre interviene. ¿Por qué morían estos animales al acercarse a esta puerta?
Las fuentes históricas demuestran su valía gracias al trabajo de los expertos
Este misterio se localiza, como decíamos, en la ciudad de Hierápolis, en concreto, en el templo de Plutonium, dedicado a Plutón, el dios romano del inframundo. Tal y como se lee en los escritos de la época, eran los gases que emanaban de esta puerta los que acababan en cuestión de segundos con la vida de los animales.
Estos sacrificios eran un evento emocionante para los ciudadanos, que acudían como espectadores a comprobar como los animales morían justo al entrar en esta puerta. La importancia de los gases en los relatos romanos alertó a los científicos que realizaban la investigación. En poco tiempo, dieron con la respuesta al misterio.
Un protagonista mortal que sigue presente
Un grupo de expertos de la universidad alemana de Duisburg-Essen se ha propuesto resolver este misterio de más de dos mil años, y lo ha conseguido. Para hacerlo ha estudiado las ruinas del templo de Plutonium, descubriendo que el poder de Plutón no tenía nada que ver con las muertes de los seres vivos que se acercaban a la "puerta del infierno".
Al analizar dichas ruinas, los científicos se encontraron con que los animales seguían perdiendo la vida en las cercanías del lugar, por lo que el peligro seguía estando presente. Ahora te preguntarás: ¿a qué se debe este nivel de mortalidad?
Bien, la respuesta es la falla de Babadag, que se encuentra justo debajo de la puerta, como detalla Hispanatolia. Según han descubierto los responsables del estudio, esta falla expulsa dióxido de carbono desde la corteza terrestre con unos niveles de concentración muy altos.

Los científicos han encontrado por qué el camino al infierno no tenía regreso. La Vanguardia
Durante el día, el sol provoca que esos gases sean débiles, pero, cuando llega la noche, la situación varía notablemente. Cuando cae el sol, el gas se concentra en la cueva, por lo que el dióxido de carbono se almacena y se convierte en mortal al amanecer.
Los niveles de concentración de esta sustancia llegan al 50% en el fondo del lago que esta misma formaba en el suelo y al 35% a 10 centímetros de altura, es decir, una concentración que puede matar a cualquier ser vivo. La altura es la razón por la que los animales morían y los sacerdotes no, que al ser más altos respiraban aire limpio.
Según los expertos, los sacerdotes eran conscientes de que el gas era mortal al amanecer y por ello realizaban los ritos a esas horas. Tan solo unos minutos les bastaban para que los animales cayesen muertos al suelo y comenzasen su camino hacia el infierno.
Queda claro que era el gas que emana de la cueva el responsable de las muertes de los animales. Gracias a la resolución del misterio, los expertos han podido dar validez a los relatos que aún se conservan de la época romana y demostrar que las fuentes históricas se caracterizan por su veracidad.