Todos los pandas del mundo son propiedad de China, y esta es la burrada que cuesta alquilar uno

Los osos panda, a la inmensa mayoría de seres humanos, nos parecen adorables. La combinación de colores, unido a su tamaño y aparente sociabilidad, los hace únicos entre los mamíferos. Si hay algún país que asociamos con el desarrollo y crianza de esta especie, muy posiblemente nos venga a la mente China, ¿verdad? No es ninguna casualidad. Se sabe que, en el pasado, viviendo en hábitats de medio mundo, pero lo cierto es que ahora, la gran mayoría subsiste en el país más poblado del mundo. ¿Sabías que hay un increíble negocio detrás de esta especie?

Todo cambió en el año 1984. Hasta entonces, China había llevado una política continua de donaciones de osos panda como símbolo de estrechamiento de relaciones diplomáticas. Sin embargo, la cúpula del Gobierno de China comprobó, por aquel entonces, el increíble atractivo que tenía a nivel internacional este animal en los zoológicos de medio mundo. ¿Cuál crees que fue la decisión? Efectivamente, la modalidad de arrendamiento se estableció como una obligación desde aquel momento. Ahora bien, ¿cuál es el precio que había que pagar por contar con una unidad?

Veamos qué es lo que ocurrió para el establecimiento de este tipo de alquiler de osos panda, por qué se trata de un negocio muy suculento y, por supuesto, hasta qué punto nos encontramos ante una fórmula que permitió hacer de la exportación de estos animales una rica forma de atraer inversiones al país asiático. He aquí, por tanto, por qué esta nueva política no ha terminado con el envío a otros países de una especie que parece recordarnos a alguno de los animales mitológicos raros que hay catalogados.

China y su curiosa política de arrendamiento de osos panda a nivel internacional

Desde 1984 si se quería contar con osos panda en un zoológico determinado, se debería pagar hasta 50.000 dólares mensuales por cada ejemplar. Así ocurrió durante varios años, hasta que en el año 1991 se cambió la política por una modalidad de arrendamientos a largo plazo. Esta modificación sustancial tenía como principal objetivo asegurarse ingresos de forma constante durante más tiempo. En este nuevo sistema, se estableció una tarifa de un millón de dólares anuales por cada oso panda presente fuera de las fronteras de China.

El oso panda se ha convertido en uno de los animales más deseados por los zoológicos. Imagen: Pinterest

Salvo contadas excepciones a lo largo de estos años, cada país que ha contado con unidades de esta especie ha tenido que pagar el correspondiente arrendamiento. En determinadas ocasiones, el gasto que ha supuesto contar con estos animales ha provocado que se hayan tenido que devolver. Al fin y al cabo, el coste del contrato, unido al desembolso que hay que realizar en términos de mantenimiento de instalaciones y las relacionadas con su calidad de vida, han hecho inviable contar con un par de unidades de osos panda.

Una de las explicaciones del alto coste que supone disponer de un par de ejemplares está directamente relacionada con la alimentación. De acuerdo con la información de Wikipedia, cada animal de esta especie requiere en torno a 40 kilogramos de bambú fresco. Esto, en lugares no apropiados para la plantación de este vegetal, encarece el precio de compra. De hecho, en anteriores ocasiones, tener osos panda en un recinto derivó en el uso de plantaciones dispuestas en exclusiva para contar con esta materia prima.

A modo de dato curioso, llama la atención ver cómo muchos países han mantenido unidades debido a que se trata de auténticas inversiones rentables. No obstante, es importante señalar que también se han establecido legislaciones internas en algunos de ellos con el objetivo de controlar el destino de los pagos. Por ejemplo, EL Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos únicamente permite pagar la tarifa establecida por China si se destina el dinero a realizar esfuerzos de conservación de los pandas salvajes y su hábitat.

Cabe recordar que los osos panda pertenecen a la familia de especies de animales en peligro de extinción, por lo que es fundamental el trabajo que se está realizando para preservar los ejemplares vivos e incentivar su reproducción. Sea como fuere, parece que este negocio está siendo rentable para todas las partes especialmente implicadas.