Vive en las profundidades del océano y se alimenta de gas: esta es la araña más rara que jamás hemos visto
Descubre a unos diminutos animales que no se dedican a cazar a sus presas, sino que son capaces de pastorear bacterias

Es de sobra conocido que el metano es una amenaza para el clima de nuestro planeta. Sin embargo, para un grupo de arañas muy especiales, parece que el metano es el combustible que las mantiene con vida en la oscuridad total de las profundidades del océano. Ahora, gracias al artículo publicado en la revista científica Proceedings of the National Academy of Sciences, podemos hablarte de tres especies desconocidas de arañas marinas, que viven alrededor de emanaciones de metano frente a la costa oeste de Estados Unidos.
Las arañas que cultivan su propio alimento sobre metano
El hallazgo, protagonizado por esas especies de arañas marinas hasta ahora desconocidas, ha redefinido lo que los científicos creían posible en uno de los entornos más extremos de la Tierra. Estos arácnidos, del género Sericosura, no persiguen presas para sorpresa de todos. En su lugar, albergan colonias de bacterias sobre su propio cuerpo. Y este es un aspecto realmente diferencial.

El brazo manipulador de uno de los sumergibles recoge una roca carbonatada con animales adheridos a ella, algunos de los cuales son arañas marinas
Estos microbios, en realidad, están realizando una proeza química: transformar el metano tóxico en azúcares y grasas, creando una capa nutritiva que la araña simplemente pastorea para alimentarse. La profesora Shana Goffredi, del Occidental College de Los Ángeles y líder de la investigación, describe este proceso de la siguiente manera, según declaraciones recogidas en el medio Interesting Engineering: "al igual que comerías huevos en el desayuno, la araña marina roza la superficie de su cuerpo y mastica todas esas bacterias para nutrirse".
Estamos, por tanto, ante un acto de autosuficiencia pocas veces visto. Esta sería una estrategia que convierte al animal en su propio huerto, con lo que el descubrimiento sitúa a las arañas en el centro de un oasis de vida basado no en la luz solar, sino en la química. El proceso se conoce como quimiosíntesis y tiene a los puntos de emanación de metano como un excepcional regalo del fondo marino.

Una araña de aguas profundas sobre una roca carbonatada
Estas extrañas criaturas marinas, de apenas un centímetro de longitud y casi transparentes, no solo tienen una dieta muy particular. También sabemos que su biología es igualmente asombrosa. Muchos de sus órganos vitales están alojados dentro de sus delgadas patas y su reproducción parece sacada de una cinta de ciencia ficción. En ese caso, las hembras liberan los huevos desde sus rodillas y los machos los recogen, envolviéndolos en sus propias extremidades como si fueran pulseras de seda. Al nacer, las crías heredan de su padre no solo la vida, sino también la colonia de bacterias que les servirá de primer alimento.
Habría que destacar que este hallazgo nos invita a reflexionar sobre un aspecto crucial, según los investigadores: el fondo marino no es un desierto uniforme, sino un mosaico de hábitats únicos, pero también frágiles. La explotación de sus recursos, sin un conocimiento profundo, podría aniquilar formas de vida las que te acabamos de presentar, que no existen en ningún otro lugar del planeta y cuyo papel en el ciclo del carbono apenas empezamos a comprender.