Se confirma: el chip Willow de Google es 13.000 veces más rápido que cualquier superordenador del planeta
La compañía logra por primera vez una ventaja cuántica y abre la puerta a aplicaciones reales en medicina, energía y nuevos materiales

Google vuelve a insistir con la, aún extraña, mezcla entre física cuántica e informática. Quantum AI, la división de Google Research dedicada a la investigación y desarrollo de la computación cuántica a gran escala, ha presentado un hito que podría redefinir el futuro tecnológico: el procesador Willow. Y prepárate, porque parece que está mucho más preparado de lo que muchos hubiesen imaginado.
Google da un salto histórico con Willow
Estamos hablando de un procesador cuántico con 105 cúbits, que ha sido capaz de ejecutar un algoritmo 13.000 veces más rápido que Frontier, el superordenador más potente del mundo. Sin embargo, esta cifra no es lo único importante. Lo verdaderamente excepcional, según el artículo publicado en la revista científica Nature es que, por primera vez, los resultados han podido verificarse.
El nuevo algoritmo, artículo publicado en el blog de Google, utilizado por Quantum AI ha sido bautizado como Quantum Echoes y marca un antes y un después en este sector. Hasta ahora, los experimentos más ambiciosos de Google en este terreno, como aquel de 2019 cuando el chip Sycamore resolvió en 200 segundos un cálculo que habría llevado milenios a un superordenador, fueron recibidos con escepticismo. Desde entonces, la supremacía cuántica de Google estaba en entredicho.
New breakthrough quantum algorithm published in @Nature today: Our Willow chip has achieved the first-ever verifiable quantum advantage.
— Sundar Pichai (@sundarpichai) October 22, 2025
Willow ran the algorithm - which we’ve named Quantum Echoes - 13,000x faster than the best classical algorithm on one of the world's fastest… pic.twitter.com/hTXl9s21Hh
Quantum Echoes, según ha afirmado el director ejecutivo de Google, Sundar Pichai, en la publicación que puedes ver sobre estas líneas, pretende dar la vuelta a esa narrativa. El algoritmo se basa en un proceso de dos direcciones. Primero simula un sistema cuántico complejo, como el comportamiento de una molécula, y después altera mínimamente un cúbit, como si se tratase de una especie de efecto mariposa. Por último, revierte el cálculo y compara los resultados. Este mecanismo permite comprobar cómo una mínima perturbación afecta al conjunto, algo que ni siquiera los superordenadores más rápidos logran reproducir en la actualidad.
Thomas O’Brien, científico de Quantum AI, asegura en el medio Interesting engineering admite que aún espera refinar la corrección de errores, para conseguir esa ansiada ventaja cuántica en problemas reales. Por su parte, Hartmut Neven, fundador de Google Quantum AI, afirma que siguen "siendo optimistas de que dentro de cinco años veremos aplicaciones en el mundo real que solo son posibles con computadoras cuánticas".
Este nivel de precisión no habría sido posible sin la arquitectura de Willow, ya que es capaz de operar con 105 cúbits y mantener una tasa de error del 0,1%. Sin embargo, ¿qué aplicaciones futuras podría tener dicho algoritmo? Google afirma que se podrían mejorar técnicas como la espectroscopia de resonancia magnética nuclear y ser un avance sin precedentes en biología, química y ciencia de materiales.