Contaminación acústica del coche eléctrico, ¿será peor que la de los automóviles actuales?
Los coches eléctricos no emiten apenas ruido. Esto se supone que es positivo, pero cambios en la legislación podrían provocar que dejase de serlo. ¿Por qué?

Los coches eléctricos cuentan con muchas ventajas respecto al resto de alternativas tradicionales. Su mayor precio, menor autonomía y, en general, por la mala visión que se tiene de estas variantes mecánicas, son algunos de los motivos por los que no se ha potenciado su compra.
Ahora bien, queremos que por un momento cierres los ojos y te imagines un futuro parque automovilístico en el que solamente hubiese coches eléctricos. ¿Cómo sería esta experiencia? Todo parece indicar que las mecánicas gasolina y diésel seguirán siendo las más generalizadas en la próxima década, pero su uso quedará fuertemente limitado por las restricciones del tráfico.
Los coches eléctricos no emiten apenas ruido, y eso puede ser un problema
En esta hipotética situación, parece todo idílico, pero lo cierto es que hay un problema de fondo. Quizás desaparezca parte de la contaminación acústica, pero también podría incrementarse el número de accidentes a consecuencia de no advertir la presencia de los vehículos. ¿Quién no ha visto un coche saltarse un paso de cebra aun habiendo peatones que van a cruzar?
Es más, pongámonos en la situación de las personas con discapacidad severa en la visión, ¿cómo podrán saber cuándo pueden cruzar sin peligro? La popularidad del coche eléctrico está en los niveles más altos que nunca, por lo que es necesario acometer cambios en la legislación para introducir fórmulas que den respuesta a estos problemas.
Ahora bien, ¿qué medidas son las que se están tomando a día de hoy? Todo parece indicar que la disposición de un ruido característico sería la solución para alertar a los peatones de la presencia de un vehículo alternativo en las inmediaciones. Es más, 2019 sería el año clave para introducir las primeras medidas al respecto.
No a la contaminación acústica, pero sí a la seguridad
Esta dicotomía entre ambas variables está provocando problemas relacionados con la imposición de soluciones encaminadas a dar respuesta a un problema que será mainstream cuando se expanda el coche eléctrico a gran escala. Ahora bien, antes de ver qué plazos se están manejando, es importante señalar qué efectos puede tener una u otra decisión.
La acústica suele ser un tipo de contaminación que suele pasar desapercibida en los estudios. No obstante, esta variable, medida en decibelios, es una de las causas que pueden tener relación con la exposición a diversas enfermedades. Suele producirse, principalmente, en las grandes ciudades, por lo que la población urbanita es la que más expuesta está.
Según se puede leer en Ecodes.org, la contaminación acústica es capaz de generar estrés, insomnio, irritabilidad o potenciar los síntomas depresivos, entre otros muchos efectos. Cabe destacar que la conducción por ciudad suele contribuir en gran medida a esta alteración del ruido.
El número de atropellos no ha parado de incrementarse en los últimos años
Por otro lado, no menos importante, se encuentra un tema que siempre está a debate; los atropellos en las vías urbanas. Este mal evitable en la inmensa mayoría de los casos nos hace preguntarnos si es necesario actuar incluyendo nuevas soluciones para paliar estas desgracias. Y te preguntarás, ¿por qué en los últimos años se ha incrementado en número de víctimas?
Además de la mayor circulación de vehículos, las principales consecuencias que provocan esta situación están relacionadas con la expansión de la tecnología móvil entre los peatones y la excesiva confianza que dan los conductores a sus vehículos.
La solución propuesta con opiniones contrapuestas
El coche eléctrico posee sus ventajas, por supuesto, pero una de sus cualidades en confort de marcha se traduce en una falta de seguridad para los demás usuarios de la vía; su silencio a bajas velocidades. A velocidades medias ya no hay que preocuparse, puesto que la rodadura ejerce mayor ruido que, incluso, la mayoría de los motores de combustión interna.

El BMW i3 es la apuesta de la firma bávara por la conducción eléctrica. Green Car Reports
Ya se están produciendo los primeros movimientos en relación con dar solución a un problema que ya se ha cuestionado. ¿Mejorar los problemas de sonorización o contribuir la reducción de accidentes en la ciudad? En Estados Unidos ya parece que están tomando decisiones, tal y como se puede leer en Electrek.
Al parecer, desde 2019 los vehículos eléctricos, cuando circulen a velocidades inferiores a 19 mph, es decir, algo más de 30 km/h, deberán emitir un sonido que les identifique en la vía por la que circula. Se ha estimado que, a partir de esta velocidad, el ruido mayoritario procede de la rodadura de los neumáticos.
Y bien, ¿qué opina sobre todo esto la NHTSA estadounidense? Es importante recalcar que este organismo es la pieza fundamental que valora la seguridad de la movilidad en el país americano.
Hay un 19% más de probabilidades de ser atropellado por un coche eléctrico
Según se puede leer en el citado medio, los resultados de la estimación que realizaron sobre la probabilidad de ser atropellado por un coche eléctrico ascendían a un 19% más que aquellos con motorización interna.
Así pues, todo parece indicar que 2020 será el año, tal y como ha confirmado el Departamento de Transporte (DOT en sus siglas en inglés), en el que los coches eléctricos deberán incorporar un sistema que emita un ruido característico para avisar a los peatones.