Cuánto cuesta cambiar un embrague roto

Sustituir el embrague de tu coche por uno nuevo puede costarte cuatro cifras

Cuánto cuesta cambiar un embrague roto
Aunque ya tengas un buen hábito de conducción, conviene corregir los errores a la hora de usar el embrague para alargar al máximo la vida útil de este elemento
Publicado en Motor

Casi todos los que conducimos automóviles diariamente aprendimos en la autoescuela con un vehículo de combustión con transmisión manual. Durante las primeras clases, el embrague suele ser el protagonista, pues, durante estos primeros días, solemos tener miedo a que el coche se cale. El problema empieza realmente cuando obtenemos nuestro carnet y dejamos de tener a nuestro tutor en el asiento derecho. Aprendemos a usar el embrague, pero no todo el mundo sabe realmente cómo funciona. Este desconocimiento es el motivo por el que tanta gente usa mal este pedal, desgastando o incluso rompiendo este componente de la transmisión en pocos años.

A lo largo de estas líneas vamos a contarte lo que cuesta reparar un embrague roto, así como las distintas variables que harán que el precio de la factura sea mayor o menos. También aprovecharemos para recordar los principales motivos por los que se suele romper este componente. De este modo, podrás identificar los fallos y eliminarlos de tu conducción poco a poco.

¿Es lo mismo romper que gastar un embrague?

embrague roto vs gastado

Embrague roto vs. embrague gastado

Antes de comenzar a hablar de precios de reparaciones, es interesante que diferenciemos entre romper y desgastar un embrague, pues no hablamos realmente del mismo tipo de avería.

Cuando decimos que un embrague se ha roto, nos referimos a una avería completa del sistema del embrague. Normalmente, se debe a la rotura del propio disco de embrague. En estos casos, casi siempre se debe a un mal uso del pedal o del propio vehículo. En otros, cabe la posibilidad de que la rotura se deba a un componente defectuoso, pero esto es muchísimo menos común. Con un embrague roto, el coche quedará prácticamente inutilizado. Lo más seguro es que tengas que llamar a una grúa para poder retirarlo de la carretera.

Por otro lado, cuando hablamos de desgaste, nos referimos a tener que cambiar el embrague porque se ha gastado con el uso. Las diferentes partes móviles que conforman el embrague, sumado al material de fricción, se consumen por culpa de la fricción. Por muy buenos conductores que seamos, si no cambiamos de coche en varios cientos de kilómetros, nos tocará pasar por el taller para poner un embrague nuevo. En este caso, con un embrague gastado, se puede llegar a circular, aunque con muchas dificultades y siempre en llano.

En cualquier caso, esté tu embrague roto o gastado, debes saber que la reparación es la misma. Cuando hay que hacer una reparación de este tipo, es necesario sustituir el kit completo del embrague. No importa que el coche tenga 30.000 o 300.000 kilómetros, pues necesitará un recambio completo y una buena cantidad de horas de mano de obra para reparar la avería.

¿Cuánto cuesta cambiar un embrague?

kit de embrague

El precio del kit de embrague es solo una parte del coste de la reparación

Ahora que ya hemos definido las diferencias entre una avería y otra, entremos en materia. Independientemente de que tu embrague se haya partido o se haya gastado, te va a costar lo mismo arreglarlo. Sin embargo, hay una buena serie de factores que influyen en el proceso de sustituir un embrague. Son los siguientes:

Monomasa vs. Bimasa

Aunque se sienten casi idénticos al tacto del pedal, hay dos tipos fundamentales de embrague en los coches que vemos a diario por la calle.

El embrague monomasa es el sistema más común. También es el que tiene el diseño más sencillo. Consta de un disco de embrague y un volante de inercia sólido y compacto. Este tipo de embrague suele estar en vehículos con motor de gasolina de baja cilindrada, y es el más económico de reparar. Cambiar un kit de embrague monomasa por uno nuevo suele costar alrededor de unos 600 o 650 euros, sumando la mano de obra.

Por otro lado, tenemos los embragues bimasa, que son mucho más avanzados a la par que complejos. En lugar de utilizar un solo volante de inercia, usan dos. El sistema está planteado así para que absorba las vibraciones y sacudidas que se pueden llegar a transmitir desde el motor hasta la transmisión. Equipan embragues bimasa la gran mayoría de coches diésel, pues son motores muy nerviosos y con muchas vibraciones. Gracias a los dos volantes, los temblores del motor no se transmiten al habitáculo. También vamos a encontrar estos embragues en coches de gasolina con cierta potencia, pues necesitan embragues de este tipo para soportar el par motor que generan estos propulsores.

Cambiar un embrague bimasa es más caro, especialmente por la complejidad. El propio repuesto tiene un precio sustancialmente más alto, aunque tampoco hay que desmerecer las horas extra que tendrán que echar en el taller para sustituirlo. En este caso, cambiar un kit de embrague cuesta alrededor de unos 1.200 euros.

¿Puedo sustituir un embrague bimasa por un monomasa?

Por poder, puedes. Sin embargo, casi ningún mecánico te va a recomendar que lo hagas. Te costará mucho más trabajo sacar el coche con suavidad de parado, al mismo tiempo que el sistema se gastará en un periodo de tiempo más corto.

Tipo de vehículo

Independientemente de que un coche lleve monomasa o bimasa, el tipo de vehículo también influirá en el precio de la reparación. Por norma general, un turismo estándar va a tener unos repuestos más asequibles que un deportivo de una marca de lujo. Además, el tiempo necesario para hacer la reparación puede variar. Al fin y al cabo, cuanto más complejo es el coche, más horas tendrá que pasar el automóvil en el elevador, lo que se traduce en una factura más cara.

Calidad de los componentes

Como todo en la vida, hay productos mejores y peores. Con las piezas que se usan para reparar vehículos, no hay ninguna novedad al respecto. Hay talleres que solo van a trabajar con primeras marcas y te cobrarán más por el componente, mientras que otras trabajarán con piezas más asequibles, pero de peor calidad.

Si no sabes mucho sobre marcas y componentes, no puedes hacer demasiado para controlar esta variable. Lo que sí puedes hacer es leer opiniones de distintos talleres antes de hacer la reparación. Elegir la opción más barata no siempre es lo mejor.

Mano de obra

Muy en línea con el punto anterior. En España solemos pecar de querer las cosas baratas y rápidas. Sin embargo, hay que pensar que nuestro coche es una máquina a la que le confiamos prácticamente nuestra vida.

Sabiendo que el embrague es un componente clave para que el automóvil funcione, lo ideal es ir a un taller de calidad con una garantía y donde realicen buenos trabajos. Pagar un poco más por la mano de obra puede ser una inversión en calidad y en seguridad.

Al hilo de esto, cuando te den presupuesto, pide siempre la factura. Hay talleres que te van a ofrecer el servicio sin pagar IVA, lo cual es ilegal. Independientemente de la estafa al fisco, debes saber que, sin factura, no puedes denunciar al taller si hacen algo mal, lo que repercute negativamente sobre ti, no sobre ellos.

¿Por qué motivos se puede romper un embrague?

pedal embrague

Algunos usuarios no llegan a soltar nunca el pedal del embrague mientras conducen

Queda claro que cambiar un embrague cuesta mucho dinero. Si estás leyendo esto porque has tenido una avería con tu embrague, te conviene saber dónde ha estado tu error para que no te vuelva a pasar. Del mismo modo, si piensas que tu embrague puede estar en mal estado, tampoco viene mal repasar los principales motivos por los que este sistema se puede romper de buenas a primeras:

Sobrecalentamiento del embrague

Un embrague se puede romper porque el material de fricción se acabe quemando. Básicamente, ocurre porque se somete al componente a un esfuerzo excesivo, como en los siguientes casos que vamos a mencionar: - Exceso de patinaje: al sacar el coche en primera marcha, hay que buscar siempre el punto de fricción y acompañarse con el acelerador. Hay conductores que fuerzan el acelerador con mucha fuerza sin retirar el pie del pedal izquierdo. El exceso de revoluciones y de patinaje genera un aumento de temperatura que puede acabar en rotura en apenas unos pocos de miles de kilómetros. - Remolque de cargas pesadas: el embrague tiene la función de soportar el peso del vehículo. Si llevas tu coche asiduamente con un remolque pesado, el embrague tendrá que trabajar con un peso mayor. Por tanto, se gastará antes de tiempo. Si a esto le añades malos hábitos al volante, el sistema también se puede romper de forma prematura. - Conducción deportiva: dentro o fuera de un circuito. Forzar el coche al máximo, hacer reducciones bruscas o hacer arrancadas desde parado a mucha velocidad son también otra receta perfecta para romper el embrague.

Malos hábitos de conducción

Los mismos malos hábitos que hace que gastes más embrague de la cuenta, también pueden hacer que el embrague se rompa. Al fin y al cabo, si se hace un desgaste irregular, el mecanismo se irá volviendo más vulnerable:

  • Abuso del pedal del embrague: es decir, pisar el embrague más de lo necesario, o incluso usarlo de reposapiés.
  • Forzar marchas: salir desde parado en segunda o incluso tercera marcha, algo que ocurre por despiste a conductores nóveles, y también a algunos mayores.
  • No pisar del todo el pedal: si el pedal del embrague no se pisa a fondo, el sistema tendrá que hacer un esfuerzo extra para compensar el recorrido que no ha hecho el sistema hidráulico. No se romperá el disco, pero sí se puede romper el diafragma. La reparación será la misma, pues tendrás que cambiar el kit completo de embrague.
  • Cambios bruscos de marcha: el pedal del embrague se tiene que soltar suavemente al hacer reducciones. De lo contrario, el coche dará tirones, y ese golpe lo tendrá que absorber la transmisión.

Reprogramaciones de centralita

Las 'repros' están muy de moda actualmente, especialmente ahora que casi todos los coches de combustión que se venden tienen turbocompresor. Una repro no es más que una modificación del software del motor de un vehículo para obtener más potencia. Lo suelen hacer en sitios especializados y no es un proceso especialmente caro.

Dejando el tema legal a un lado —que nos daría para otro artículo—, el problema con las reprogramaciones es que pueden llevar al desgaste o a la rotura prematura de otros componentes del vehículo. Por poner un ejemplo, imagina que tienes un coche de 150 CV que, de la noche a la mañana, gana 70 CV. Si dejas el embrague de serie, es posible que no aguante el par que genera el motor tras la reprogramación y acabe partiéndose el disco.

Como decíamos al principio, mucha gente usa mal el embrague por desconocimiento de cómo funciona. Si quieres saber más sobre este tema, te invitamos a que leas este otro artículo en el que te contamos todo lo que necesitas saber sobre la transmisión de un coche.

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