Estados Unidos contra las cuerdas: si anula los aranceles, esto es lo que debería reembolsar a las compañías
El Tribunal Supremo tiene dudas sobre la legalidad de los aranceles impuestos por Trump a lo largo de 2025
Gran parte del 2025 ha estado marcado por la presidencia de Donald Trump. El empresario neoyorquino volvió a jurar el cargo el pasado 20 de enero y, desde entonces, su mandato se podría resumir en una sola palabra: aranceles. Su objetivo es que la mayor cantidad de productos posible se fabrique en Estados Unidos, por lo que invocó la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) para imponer aranceles a Canadá y México del 25 % sobre la mayoría de los bienes importados, y a China un 10 % inicial. Más tarde, se expandieron a todo el mundo.
La Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA) es una ley de 1977 en Estados Unidos que otorga al presidente los poderes necesarios para regular o prohibir transacciones económicas y congelar activos en respuesta a una amenaza «inusual y extraordinaria» a la seguridad nacional tras declarar una situación de emergencia nacional. Históricamente, se ha utilizado contra países como Venezuela, Corea del Norte, China y Rusia.
A finales de verano, el Tribunal de Apelaciones del Circuito Federal de Estados Unidos dictaminó que la mayoría de los aranceles impuestos por Donald Trump eran ilegales. El Tribunal Supremo del país norteamericano también ha planteado dudas sobre su legalidad. Si bien la Trump y su administración defienden su validez, es posible que Estados Unidos deba miles de millones de dólares en reembolsos si finalmente se dictamina su ilegalidad.
Cuanto más se retrase el veredicto, mayor será el daño
Si Donald Trump llega a perder su batalla legal ante el Tribunal Supremo por los aranceles, Estados Unidos podría verse obligado a devolver "decenas de miles de millones de dólares a empresas que han pagado derechos de importación este año, más intereses". Así lo ha informado The Atlantic. Y cuanto más tarde en llegar el veredicto, mayores podrían ser las devoluciones.
La derrota de Trump no solo implicaría recuperar los aranceles pagados por las importaciones, sino también poner fin a las fluctuaciones provocadas por dichos aranceles, ya que están perjudicando la innovación y desestabilizando las alianzas globales, así como las cadenas de suministro en los sectores tecnológicos y los basados en la propiedad intelectual.
A día de hoy, el Tribunal Supremo está considerando dos casos que argumentan que el presidente de los Estados Unidos no tiene autoridad unilateral para imponer aranceles bajo la ley IEEPA. Trump asegura que esos impuestos eran necesarios para corregir la «emergencia» de los desequilibrios comerciales que, según él, han enriquecido injustamente a otros países.
A pesar de las evidencias, no todos creen que Donald Trump vaya a perder. Sin embargo, mercados de predicción redujeron las posibilidades de victoria del presidente del 50 al 25 % tras los recientes alegatos orales, según Forbes. Y es que los economistas que aseguran que los aranceles impuestos por Trump son «extraños» se cuentan por decenas, de modo que los magistrados podrían haberse dejado influenciar por sus opiniones.
Trump afirma que la anulación de sus acuerdos comerciales sería un desastre económico, y que destruiría literalmente a Estados Unidos. Su administración apunta a que cuanto más se demore el veredicto, mayor será el daño, dado que Estados Unidos sigue aplicando los aranceles y Trump continúa firmando acuerdos. La Asociación de Tecnología del Consumidor (CTA) y la Cámara de Comercio (CoC), no obstante, creen que el resultado sería peor para las empresas estadounidenses si el tribunal da la razón a Trump.