Estados Unidos ha lanzado nuevos satélites espías. El problema es que envían información a la dirección equivocada, y la culpa es de Elon Musk
Los satélites Starshield de SpaceX están diseñados para tareas de seguridad nacional
Starlink nació como un proyecto de SpaceX para crear una constelación de satélites que permita el acceso a Internet desde casi cualquier punto del planeta Tierra. Si bien su rendimiento no es comparable al de la fibra óptica, supone una alternativa muy eficiente, sobre todo en zonas rurales o apartadas que carecen de infraestructura de telecomunicaciones. Incluso Iberia va a ofrecer wifi gratuito de alta velocidad a todos los pasajeros tras una alianza con la empresa.
Aparte de los dedicados a ofrecer servicios de telecomunicaciones, SpaceX desarrolla otros satélites, como los Starshield. Basados en la tecnología de Starlink, están destinados a uso gubernamental y de seguridad nacional. Según la compañía, proporciona enlaces satelitales altamente encriptados para comunicaciones seguras, lo que ha llamado la atención de la Fuerza Espacial de Estados Unidos.
No obstante, este negocio no es del todo «trigo limpio». Se ha denunciado que algunos satélites Starshield estarían transmitiendo en ciertas bandas de radiofrecuencia sin autorización, lo que podría generar interferencias con otras redes satelitales. Además, como son para fines militares o de inteligencia, muchos detalles no son públicos, lo que ha despertado cierta preocupación sobre la privacidad. Ahora, se ha descubierto que muchos enviaban señales en la "dirección equivocada".
La falta de transparencia ha despertado las preocupaciones sobre la privacidad de la población
Scott Tilley, técnico de ingeniería y radioastrónomo aficionado de la Columbia Británica, descubrió a finales de septiembre-principios de octubre que alrededor de 170 satélites Starshield construidos por SpaceX para la Oficina Nacional de Reconocimiento (NRO) del gobierno estadounidense habían estado enviando señales en la dirección equivocada.
Estas señales, cuyo propósito se desconoce, se envían desde el espacio a la Tierra en una banda de frecuencia asignada internacionalmente para transmisiones Tierra-espacio y espacio-espacio. Si bien no se han registrado quejas públicas sobre posibles interferencias, Tilley afirma que ponen de manifiesto una preocupante falta de transferencia en la gestión del espectro radioeléctrico por parte de Estados Unidos.
El técnico detectó las señales en diversas partes de la banda de 2025-2110 MHz, y pudo confirmar que dichos satélites emitían las señales sobre Canadá, Estados Unidos y México. Aunque no está confirmado, es posible que las señales también se emitan sobre otros países. Tilley ha hablado con Ars Technica al respecto:
Esta banda en particular está asignada por la UIT [Unión Internacional de Telecomunicaciones], Estados Unidos y Canadá principalmente como banda de enlace ascendente para naves espaciales en órbita; es decir, para objetos en el espacio, por lo que los receptores de satélite escucharán en estas frecuencias. Si hay una constelación de señales potentes emitiendo en las mismas frecuencias, existe la posibilidad de que interfieran con la recepción de las señales de las estaciones terrestres dirigidas a los satélites en órbita
En Estados Unidos, en la porción 2025-2110 MHz de la banda S se encuentra la NASA y la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA), así como usuarios no gubernamentales, tipo emisoras de noticias de televisión que tienen vehículos equipados con antenas parabólicas para transmitir desde lugares remotos. Los expertos creen que la NRO posiblemente coordinó con la NTIA para garantizar que las señales no interfirieran con otros usuarios del espectro.
