El ejército de Austria ha dejado de usar Microsoft Office por LibreOffice. El dinero no es el motivo
Siendo Donald Trump el presidente de Estados Unidos, no se puede confiar del todo en Microsoft ni en otras grandes tecnológicas

Para muchos de nosotros, las primeras experiencias con ordenadores están estrechamente relacionadas con Microsoft por ser la compañía encargada del desarrollo de Windows, el sistema operativo más utilizado del mundo en equipos portátiles y de escritorio (según los últimos datos, con un 69,73 %, bastante por delante de Mac OS X/macOS o cualquier distribución Linux). Además, algunos de los primeros programas informáticos que usamos también pertenecen a la compañía fundada por Bill Gates. Y no me estoy refiriendo al difunto Internet Explorer, sino a los incluidos en Microsoft Office.
La suite ofimática de Microsoft, lanzada en junio de 1989, primero para Apple Macintosh y más tarde para Windows, estuvo compuesta inicialmente por los programas Word, Excel y PowerPoint, aunque con el paso del tiempo la compañía añadió otros, como Access o el gestor de correo electrónico Outlook. Durante años, para acceder a estos programas era necesario realizar un pago único, pero a partir de 2010 se introdujo un sistema de suscripción anual.
El servicio, actualmente conocido como Microsoft 365 Copilot (por integrar la inteligencia artificial de Microsoft), tiene un precio de 99 euros (un usuario) o 129 euros al año (suscripción familiar de hasta seis miembros) al momento de escribir estas líneas. En un mundo repleto de suscripciones, mucha gente ha decidido optar por alternativas gratuitas como LibreOffice, que es una de las más conocidas. Es el caso del ejército austriaco, pero no ha migrado de plataforma para ahorrarse dinero, precisamente.
No es por ahorrar más de 6 millones de euros al año, sino para obtener soberanía digital
El ejército de Austria ha completado una importante reestructuración informática en la que ha reemplazado la suite ofimática Microsoft 365 por la de código abierto y gratuita LibreOffice en todos sus sistemas de escritorio. El cambio finalizó este mes de septiembre de 2025, y ha afectado a cerca de 16 mil estaciones de trabajo.
Si bien esta medida permitirá a Austria ahorrar aproximadamente 6 millones y medio de dólares al año en suscripciones de Microsoft 365 E3 (suscripción especial con un precio de 35,70 euros al mes por usuario para empresas con capacidades de seguridad y cumplimiento esenciales), el motivo no es monetario. Con este cambio, Austria busca obtener soberanía digital y control sobre datos críticos. Michael Hillebrand, de la Dirección 6 de Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) y Ciberdefensa, explicó:
Para nosotros era fundamental demostrar que lo hacemos principalmente para fortalecer nuestra soberanía digital, mantener nuestra independencia en cuanto a infraestructura de TIC y garantizar que los datos se procesen exclusivamente internamente
Austria no es el primer país en prescindir de los servicios de Microsoft. Cada vez más gobiernos de la Unión Europea están dejando de lado al gigante tecnológico estadounidense para proteger sus datos. Por ejemplo, el estado alemán de Schleswig-Holstein está reemplazando todo el software de Microsoft con Linux y LibreOffice en las oficinas gubernamentales.
Si lo pensamos bien, gran parte de nuestra vida digital depende de los servicios de empresas estadounidenses, y puede que no sea una buena idea, sobre todo estando al mando del país el polémico Donald Trump. Los que no tienen cuenta de correo electrónico de Gmail (Google), la tienen de Outlook (Microsoft). Los que no tienen un smartphone iPhone (Apple), tienen uno con sistema operativo Android (Google). Y así con muchos otros ejemplos.