Taylor Swift tiró de reconocimiento facial para reconocer a sus acosadores en un concierto

Hasta el momento hemos conocido múltiples aplicaciones para la tecnología de reconocimiento facial, desde saber quién es una persona solo por su forma de andar hasta ser la mejor baza para el gobierno chino a la hora de encontrar a fugitivos, como probó en un multitudinario concierto del famoso cantante Jacky Cheung.

Parece que esta última idea podría haber sido especialmente inspiradora para la artista Taylor Swift, que decidió tirar de reconocimiento facial también en uno de sus conciertos. La idea era encontrar a sus acosadores entre los miles de fans que acudieron al evento, y el método a seguir fue el siguiente.

Reconocimiento facial para controlar al público

Transportémonos al 18 de mayo de este 2018 al estadio Rose Bowl, situado en California. Miles de personas se reunían en ese lugar con un mismo propósito: ver cómo Taylor Swift mostraba su talento durante alrededor de 2 horas, es decir, acudir al concierto que daba la artista.

Muchos de ellos visitaron uno de los quioscos instalados dentro del propio estadio, donde se podían ver imágenes de los mejores momentos de los ensayos de Swift para la gira. No sabemos si esos vídeos fueron del agrado de los visitantes, pero lo seguro es que estos no sabían qué había realmente en el quiosco.

Según revela la revista Rolling Stone, ese lugar en cuestión contaba con una cámara de reconocimiento facial que grababa a todos los asistentes del concierto. La información viene de una fuente fiable, ya que ha sido uno de los expertos de seguridad presentes en el quiosco el que ha hablado con la revista.

La cámara con la tecnología de reconocimiento facial instalada en ese punto del estadio tomaba imágenes a tiempo real de la gente presente. Esos datos iban directamente a un centro en Nashville con gran importancia en esta historia, ya que contaba con un sistema muy interesante.

Tal y como asegura Rolling Stone, Taylor Swift había instalado en dicho centro una base de datos con toda la información de los acosadores que tiene, que podrían ser hasta cientos. Así, el sistema de Nashville comparaba las imágenes recibidas con las presentes en esa base de datos para controlar al público.

Los asistentes desconocían el uso de esta tecnología

Mike Downing, la fuente de información de la revista, es el Director de Seguridad de la empresa Oak View Group y por ello pudo comprobar de primera mano cómo se utilizaba el reconocimiento facial en el concierto de Taylor Swift. "Todos los que pasaban se detenían y lo miraban, y el software entonces comenzaba a funcionar", ha declarado Downing.

Pese a que muchos de los asistentes fueron "víctimas" de este software, ninguno de ellos sabía que la artista estaba haciendo esto en el concierto. Los espectadores lo ignoraban, pero eso no quiero decir que la decisión de Swift y su equipo de seguridad fuese ilegal.

Ese concierto del 18 de mayo en el Rose Bowl era un evento privado, por lo tanto, los organizadores pueden llevar a cabo este tipo de prácticas para reforzar la seguridad del mismo. Aunque parezca un método algo extremo, no es la primera vez que se usa en un acontecimiento de tales características.

Aunque el análisis de los asistentes con el reconocimiento facial no fuese ilegal, eso no ha evitado que algunos defensores de los derechos humanos hayan criticado el comportamiento de la artista y su equipo. Un ejemplo es Sarah St. Vincent, de Human Rights Watch, que mostró su punto de vista en unas declaraciones a Slate:

[Las empresas] tienen la responsabilidad de respetar los derechos humanos, y deben asegurarse de que cualquier vigilancia que realicen esté realmente limitada a lo que es estrictamente necesario para lograr un objetivo legítimo.

Las quejas de estos críticos aumentarán seguramente en el futuro, ya que compañías dedicadas a este tipo de eventos, como Ticketmaster, han comenzado a invertir en reconocimiento facial. La empresa mencionada, por ejemplo, acaba de hacerse con firma Blink Identity para utilizarla en el futuro.

La herramienta estrella de esta empresa se basa en el reconocimiento de las caras de los asistentes a un evento, que no necesitarán mostrar las entradas para entrar. Según Ticketmaster, la idea es agilizar la entrada de los espectadores y permitir que el público se olvide de las colas.

Una vez más, las excusas respecto al uso del reconocimiento facial no convencen a muchos que siguen viendo en esta tecnología un método más para controlar a las personas y saber los máximos datos posibles de las mismas.